¿Qué es ese ruido que se oye a lo lejos? ¿Son las carcajadas de un pequeño Pony? ¿O son los relinchos de los caballos que traen a los Jinetes de Lapocalipsis?
Bueno, al parecer es la última opción: Juanse, el rockero que inspiró a Pomelo y que se convirtió en un paradigma del rock and roll, descubrió a Dios y ahora es un hombre nuevo. “Descendí y conocí el infierno. Y no es que me arrepienta, pero ya no tengo nada que ver. Ahora me entregué a Dios. Siempre fui creyente, pero ahora mi creencia se profundizó”, le dijo a la revista Gente.
“Yo no tuve término medio. Quise tomar, y me compré un kilo. Quise alcohol, y tenía un cajón de whisky. Yo me tomé una cancha de River de cocaína, pero el destino me hizo madurar. Hice de todo. Menos inyectarme, porque siempre le tuve miedo a las agujas. No volvería a eso, estoy conforme como estoy ahora. Y aunque no soy nadie, puedo ayudar a los pibes que tengan algo de onda”, reveló.
Ahora que conoció a Dios, toca cerca de un altar en el que está la Virgen y la imagen de Jesús en la cruz y es feliz. Bien por él, desde acá nos ponemos contentos.