Resultados 1 al 3 de 3

Tema: Una Historia Cap Ii

  1. #1
    PlayOnline Gamer Avatar de bellaswan
    Fecha de ingreso
    12 dic, 08
    Mensajes
    31

    Una Historia Cap Ii

    BUENO,CA LES POSTEO EL 1º CAP Y LES ADICIONO EL SEGUNDO, QUE LO DISFRUTEN!!

    Ariel, deber y destino
    -Prologo-
    1º de abril señalaba el calendario, recordando el cumpleaños número 16 de Ariel y con él marcando su salida de la oculta Villa de los Elfos Oscuros, era la hora de cumplir con su destino y con las expectativas de todos los miembros del consejo: debía acudir a la escuela de artes oscuras para convertirse en la digna heredera del Gran Thifiel, descendiente del linaje sagrado de Shillien, legítimos líderes de su raza.
    Descendió las escaleras, vistiendo por primera vez sus ropas de aprendiz, y se dirigió al Templo a despedirse de su amado padre. No le pesaba cumplir con sus obligaciones, era una adolescente responsable y consciente, increíblemente madura para su edad, pero su anciano Padre siempre había sido su única debilidad… habían sido solo ellos dos desde la temprana partida de su madre, siendo Ariel una pequeña niña, y su corazón se quebraba de tristeza de sólo pensar en el momento de la despedida, consciente de que una vez que atravesara las puertas de la Villa no lo vería en mucho tiempo.
    Subió las escaleras del elevado Templo y allí le esperaba todo el Consejo, con sus vestimentas ceremoniales.
    Ariel, el día ha llegado, es momento de cumplir con tu Destino- exclamó Vellior, mano derecha de su padre.
    ¿Aceptas este Legado por tu propia voluntad, comprendiendo plenamente a lo que te enfrentarás?- Preguntó su Padre cumpliendo con las formalidades que imponía su tradición.
    La acepto dichosa y consciente, seré la mejor guerrera que jamás se haya visto, y volveré preparada para convertirme en la sucesora que mi Padre merece- Respondió con voz fuerte y decidida, y luego levantó su mirada y buscó los ojos de su Padre- Jamás te defraudaré, Padre.
    Perdió su postura y rompiendo todas las reglas abrazó a su Padre con fuerza ante las miradas de reprobación de Vellior, Kaitar y Talloth, lo cual no la molestaba en lo mas mínimo; nunca le habían caído bien, y toda la vida le habían reprochado el haber nacido mujer y única hija del Líder, una idea que jamás aceptarían si no fuera su deber acatar las órdenes de su Rey.
    -Lo único que me entristece es separarme de ti Padre, ¿Quién te cuidará ahora?- susurró en los Oídos del anciano, el cual contenía sus lágrimas y abrazaba con fuerzas el pequeño cuerpo de su hija.
    -Es nuestro Deber, mi pequeña Ariel, ve y sé la mejor de todos, demuéstrales la sangre que corre por tus venas, y serás capaz de superar a cualquier guerrero de Shillien- le contestó su Padre, y mirando a los reticentes miembros de su consejo exclamó- Inclusive a cualquiera de los hombres.
    Acto seguido sacó de su bolsillo un refulgente anillo e insertó los delgados dedos de Ariel en su interior, brotando en la joven receptora las incontenibles lágrimas al reconocer la imponente y brillante joya de su madre en sus manos.
    -Estas preparada, es hora de elegir tu camino como Mujer de esta familia, dirígete hacia Magister Harne para que te dé su bendición como aprendiz de Mística- ordenó el Líder Thifiell.
    -Discúlpame Padre, pero necesito tu autorización para hablar con Master Trudy, he decidido ser Palus Knight para llegar algún día a ser la mejor Blade Dancer que ha liderado las tropas Elficas- insistió ante la reprobación de los miembros del Consejo.
    -Jamás una heredera de Shillien ha sido un Guerrero, no puedes permitirlo Thifiell, o jamás será capaz de dominar las Shadows cuando el momento de tu muerte llegue y reciba tus dones- Dijo Kaitar dirigiéndose a Thifiell y con manifiesto desagrado ante el pedido de Ariel.
    -Mi hija ha elegido, y su carga ya es demasiado pesada como para impedirle la libre elección de ser un guerrero; sin embargo hija, estas en la obligación de aprender las artes místicas Oscuras para ser capaz de Dominar a las Shadows cuando la hora llegue… ¿estas dispuesta a doblar tu esfuerzo y aprender ambas profesiones?- preguntó el líder Thifiell con determinación a Ariel, deseando que reconsidere la situación, y seguidamente agregó- Si tu alma no es formada en la Mística, las sombras consumirán tu consciencia y no serás capaz de dominarlas, te perderás en la Oscuridad y tu mente será dominada, siguiendo los pasos de Lilith y perdiendo tu propio ser convirtiéndote en esclava de las Sombras.
    -Soy consciente de las consecuencias y del esfuerzo que haré, pero mi deseo por las armas es tan fuerte que estoy dispuesta a aprender ambas profesiones- aceptó la determinada Ariel, y mirando a los incrédulos miembros del Consejo exclamó- Después de todo, lo llevo en la sangre- regodeándose de las incrédulas expresiones de sus superiores.
    -Bien dicho - interrumpió Magister Harne con su dulce voz junto a Master Trudy, acercándose ambas a ella para darle su bendición, a lo cual respondió Ariel arrodillándose y agachando su cabeza para recibir sus bendiciones.
    - Después de todo, siempre has sido muy Obstinada, estoy segura que lo lograrás- dijo Master Trudy en un tono cómplice y burlón, deseando que su exclamación irritara aún más a los disgustados ancianos.
    Ariel se alejó bajando los interminables escalones del Templo, convencida que lograría su cometido, uniéndose a los 5 aprendices que esperaban en la salida de la villa, emprendiendo el viaje hacia la escuela de Artes Oscuras adentrándose en el Bosque de Las Sombras junto a sus futuros compañeros de armas.


    Capítulo I- Escuela de Artes Oscuras-
    Nueva Vida
    El sol encegueció a los jóvenes aprendices con un fulgor resplandeciente, obligándolos a cerrar los ojos y detenerse por un momento.
    -¡¡¡Jamás pensé que doliera tanto!!!!- exclamó con un grito Tefnut, la pequeña hija de Kaitar; era una joven aprendiz Mística que aspiraba a cumplir con las expectativas de su célebre y estricto Padre.
    -Deja de llorar niña!- La reprendió Kierard, su apuesto hermano gemelo, intentando ocultar la debilidad de su hermana ante el resto de sus compañeros.
    Ariel se acercó a la pequeña maga y le cubrió los ojos, protegiéndola del inclemente resplandor, y volteando hacia el joven gemelo contestó- Jamás hemos salido a la superficie, es nuestra primera experiencia con la luz, te ordeno que seas más comprensivo con tu frágil hermana, ¿escapa de el mal humor de tu Padre y tú la obligarás a lidiar con el tuyo?- y al decir esto miró fijamente a los ojos negros y altaneros del muchacho, desafiante y con el fulgor de una pantera.
    -Mi Padre tenía razón cuando me habló de ti, eres un caso perdido, ¿una mujer que le habla así a un hombre?, recuerda que aún no estoy obligado a obedecerte, ¡gracias a Dios no tendré que lidiar contigo en la Escuela!- y al decir esto se enfrentó a la joven Princesa de un modo que nadie jamás lo había hecho, ni siquiera el anciano y malhumorado Kaitar. Acto seguido comenzó a correr por el sendero junto a su inseparable Kahel, dejando en el camino a las muchachas.
    -¡Mala suerte esta vez Kierard, porque seré una aprendiz guerrera, y me convertiré en Palus Knight!- gritó con fuerza la enfurecida Ariel, provocando las miradas incrédulas de el resto de los aprendices, y la contestación burlona de Kierard.
    -¡Mejor, así tendré excusa para darte el trato que te mereces!, jamás me superarás aunque seas la joven hija de Thifiell; EN LA ESCUELA SERAS UNA SIMPLE APRENDIZ Y TENDRE MI OPORTUNIDAD DE ENSEÑARTE A LIDIAR CON UN VERDADERO GUERRERO.-
    Las palabras del insolente Kierard provocaron su Ira Real, ¿quién se creía que era? ¿Con quien creía que trataba?; le enseñaría una lección, a Él, a Kaitar, a Vellior, a Talloth, a todos…
    -Mi hermano es el ser mas desagradable y presumido que ha nacido en la Villa, después de mi Padre, está muy claro- le dijo la frágil Tefnut con la voz más dulce que Ariel había oído jamás, apoyando su pequeña mano en su hombro para calmarla. Increíblemente lo logró, aquietando el humor de la Princesa y quitándose la mano de Ariel del rostro- Seremos amigas desde hoy, lo sé, lo he visto en mis sueños!!!- le contestó, sorprendiéndola.
    -Veo que no soy la única extraña de la clase de este año- dijo Ariel devolviendo una mirada afectuosa, y sintiendo en su corazón que la predicción de Tefnut se haría realidad. Sentía que su deber serías protegerla de todos, principalmente de su hermano y su Padre.
    Comenzaron a andar solas por el sendero, dejando correr a los tres hombres que habían abandonado la Villa junto a ellas, caminando y admirando, con los ojos aún dolientes la hermosura del bosque bajo los reflejos dorados del Sol.
    -Estoy destinada a morir, ¿lo sabías?- inquirió la pequeña Tefnut, provocando nuevamente la sorpresa en las armónicas facciones de Ariel.
    -¡No digas tonterías, niña!- reprendió la Princesa, casi ordenando a la diminuta Elfa que sacara esas ideas de su mente, mirándola con reprobación- “¡esta niña sí que está loca!”- pensó Ariel, provocando una sonora carcajada en Tefnut.
    -No estoy loca Princesa, y sí, también puedo leer los pensamientos- respondió, con una madurez que no encajaba con esa dulce y aniñada voz, y con ese infantil rostro que ahora miraba a Ariel seria y guardando una tristeza que solo era delatada por sus Negros ojos tristes, que increíblemente recordaban a los de Kaitar.- Pocos Elfos creen en la maldición de los gemelos, pero mi debilidad es prueba de que existe y es verdad; nosotros los Elfos Oscuros en principio fuimos parte de la tribu de los Elfos de la Luz, pero al ser expulsados hemos sido malditos por manipular la Magia Oscura con toda clase de debilidades: como ser sensibles a la luz del mundo exterior razón por la cual comenzamos a enfrentarlo cuando nuestros cuerpos adquieren la fuerza para resistirlo, ser menos longevos que nuestros ascendientes Elfos claros, mas lentos…- siguió relatando Tefnut cual maestra de Historia, ante el rostro impávido de Ariel, a la cual se le habían ocultado estas realidades, al igual que muchas otras cosas, por el afán sobreprotector de Thifiell.
    - No lo culpes, Ariel- respondió la comprensiva Tefnut contestando a los pensamientos de su reciente nueva amiga real – El solo quería preservarte, evitándote nuevas decepciones que tendrías tiempo de descubrir cuando maduraras, ojalá mi Padre lo hubiera hecho conmigo, así hubiera sido una niña mas feliz- al momento de exclamar la ultima frase la tristeza de la joven aprendiz Mística borró el enojo de Ariel, brotando en ella el instinto maternal y abrazando a Tefnut con todas sus fuerzas.
    -Jamás serás dañada mientras esté cerca Tefnut, nadie te hará daño mientras viva- exclamó la Princesa, sintiendo como la pequeña se apartaba de sus brazos y la miraba con sus enormes ojos negros, dedicándole una sonrisa cálida.
    -Es mi destino, moriré joven pero cumpliré mi misión, me uniré a mi hermano y lo haré invencible – sonrió una vez mas y exclamó- No reniego de eso, así debe ser- terminó la frase y siguió caminando para cortar ese triste momento; Ariel la alcanzó en un parpadeo y la tomó de la mano.
    -Siempre desee una pequeña hermana, al fin puedo tenerla- miró a Tefnut y preguntó alegremente- ¿te gustaría serlo?.
    Tefnut le respondió con un gesto afirmativo y los ojos centellantes, siguiendo el camino, ya solas en el bosque se adentraron a las matas fantasmales, donde seguramente los demás esperaban.
    -¿Quieres que finalice las historia?- le preguntó a Ariel, sabiendo que esta se moría de inquietud por preguntarlo, y escuchando sus pensamientos que respondían a gritos “¡¡Sí!!” ante lo cual continuó –Sabes de donde proviene nuestra fortaleza?, de la Oscuridad misma, nuestros antepasados, exiliados y débiles siguieron perfeccionando las Artes Oscuras, llegando a un nivel total de asimilación con estas, de modo tal que la oscuridad se hizo parte de cada Elfo Oscuro, alojándose junto a su alma, saneando así nuestro castigo y fortaleciéndonos, otorgándonos mayor fuerza, destreza, el dominio del viento, y a nuestros líderes dándoles el privilegio de compartir sus sufrimientos con Los demonios de las sombras haciéndolos mas resistentes en la batalla, pero eso ya lo sabías, ¿No?- inquirió terminando sus frase, cerrando la pequeña lección de Historia.
    Ariel sonrió y preguntó – ¿Y que hay sobre eso de ser gemelos?- pero inmediatamente percibió que la tristeza volvía al rostro de Tefnut, la cual respondió en tono bromista- ¡Eso es para la próxima lección amiga!- guiñando un ojo y provocando una sonrisa en el rostro de Ariel, la cual acababa de percatarse que habían llegado a la escuela donde los demás esperaban, y allí comprendió que era el comienzo de una nueva etapa en su vida, de misterios develados, de desafíos peligrosos, de nuevos afectos; pero esto no la perturbó, la llenó de emoción.
    Quería vivirlos…
















    Capitulo II-
    MAMA

    Desde su llegada a la academia nada había sido como Ariel esperaba, le estaba costando acostumbrarse a seguir órdenes que no sean las de su Padre, y por sobre todas las cosas odiaba ser “una más”… el disgusto la percató de lo caprichosa y malcriada que era, siempre acostumbrada a tener sirvientes y a desautorizar a cualquiera que no fuera Thifiell. Lo único que la ayudaba a resistir este ritmo de “doble tarea” en ambas academias (la de magia y el campo de entrenamiento de guerreros) era su ahora inseparable amiga Tefnut, había llegado a encariñarse con esa frágil y adorable joven, que le brindaba paz cuando mas lo necesitaba.
    Paradójicamente, y directamente proporcional eran los problemas que le traía el gemelo de su amiga, Kierard, el cual le resultaba simplemente IN-SO-POR-TA-BLE; su rivalidad iba en aumento conforme pasaba el tiempo, y para fastidio de Ariel, era el mejor con la Espada, tanto que el enorme ego de la Princesa se veía mancillado cada vez que debía enfrentarse a El, justificando a todos que ella estaba en desventaja porque cumplía los dos turnos y no descansaba lo suficiente (deseando interiormente creer en sus excusas). “¿Porqué tenía que ser El?, ese grosero y prepotente Kierard, algún día me las pagará!”.
    Pasó un año desde ese 1º de abril en que habían abandonado la Villa, y las habilidades de los 5 adolescentes Elfos que acompañaron a Ariel ese día habían salido a la luz rápidamente, demostrando las variadas facetas características de su raza.
    Tefnut, contra todos los pronósticos, demostró una fortaleza mental sin antecedentes, dominando su fuerza mágica mejor que cualquiera, esforzándose al máximo por el privilegio de asistir a Ariel y a su hermano en las batallas, aspirando a convertirse en una poderosa Shillien Elder.
    Kierard era el más habilidoso con la Espada, dejando atrás inclusive a sus maestros (cosa que llenaba de envidia a la susceptible Ariel), dato que se encargaba de exhaltar cada vez que se percataba de la presencia de la Princesa.
    Khael era el más paciente de todos, pero no el más fuerte, por lo que Master Trudy recomendó que se convierta en Phantom Ranger, sería mas útil cuidando la retaguardia que al frente de la tropa.
    Atina era la 3er muchacha del grupo, y al igual que Tefnut estaba en la Academia de Magia, pero no tenía la concentración de la pequeña hija de Kaitar, contando por el contrario con un agresivo dominio del viento, ante lo cual fue moldeada sin dudarlo en el poder del viento para convertirse en Spellhowler.
    Ariel no era fuerte como Kierard, pero lo compensaba en habilidad con espadas duales y rapidez, y por su formación en la Academia de Magia no tuvo inconvenientes en aprender las danzas de ataque, se convertiría en la pieza fundamental del grupo de combate, y sumado a la habilidad del dominio de los demonios de las sombras que serían legados por su padre, sería una guerrera imbatible (para fastidio de Kierard, el cual tenía igual rechazo por la Princesa que el que provocaba en ella).
    Una noche, luego de clases Ariel salió a patrullar los alrededores de la escuela junto a Tefnut, cuestión que se delegaba a los alumnos por turnos como entrenamiento para sus noches en los campamentos del escuadrón Elfo.

    Observando la reluciente Luna, Tefnut preguntó a su ya inseparable amiga Ariel- ¿Tu Padre es un mago, cierto?- mirando con curiosidad a la Princesa esperando su respuesta.

    -El mejor de todos, como toda su ascendencia- respondió Ariel , demostrando en sus palabras el orgullo que sentía por Thifiell- y haciendo un burlón gesto de exagerada importancia- ¡Pero eso ya lo sabes!, ¿qué es lo que quieres preguntar?, recuerda que yo no leo los pensamientos como tu-.

    - ¿Porqué eres tan hábil con las duales?, eso no puede ser coincidencia, todos tenemos profesiones idénticas a la de nuestros padres, porque heredamos sus habilidades- preguntó la curiosa Elfa, esperando que Ariel respondiera.

    -Yo también, mi madre era guerrera, del equipo de combate de mi Padre, pero eso es algo que no se menciona- contestó la joven, con el rostro reflejando una gran tristeza; “que ganas de llorar que tengo, Mamá…” pensó, olvidando que su compañera leía sus pensamientos.

    -Hazlo!- ordenó Tefnut con tono autoritario –Llora por Dios!, todos lo hacen, o tiene ganas de hacerlo aveces, pero son muy cobardes para aceptarlo, incluso Kierard, o mi Padre, no pueden evitar que lo sepa- miró al triste rostro de Ariel, e intentando sacar una sonrisa exclamó- ¡Soy una maldita bruja Oscura que lee los pensamientos, solo que porque no tengo verruga y nariz prominente lo olvidan!!!!!.

    Ariel soltó una involuntaria carcajada al aire, quebrando la regla del Silencio de las patrullas. Acto seguido, retomó la conversación.

    -El hecho de que no se sepa lo de mi madre es que es una vergüenza para los tradicionales círculos reales, ya que mi Padre debería haberse casado con la Heredera de alguna de las familias reales, Mística, por supuesto; pero fue inevitable que se enamorara de ella, era magnética, sabes??...- y al decir esto su voz se tiño de melancolía.

    -Con que eso de romper reglas es de familia, no??- interrumpió Tefnut con un tono autoritario excesivamente fingido para ser real.

    -Pues sí, ella entró en la academia unos años mas tarde que mi Padre, destacándose con las duales, era grandiosa!!!!!!; eran tiempos de guerra, y sus entrenamientos eran combates reales defendiendo las fronteras del bosque Oscuro, por lo cual los aprendices fueron llamados a la batalla ante las bajas en nuestras tropas, por lo cual acudieron los alumnos mas avanzados incluído mi Padre- hizo una pausa y respiró hondo, esas historias resonaban desde niña en su mente, envidiando al anciano Thifiell por haberlas presenciado, por haber vivido tantos años junto a su Madre.
    Exhaló el aire y prosiguió, ante la mirada encantada de Tefnut que escuchaba la historia acostada en la hierba, con la cabeza en la falda de Ariel, y con esta acariciando la suave y negra cabellera.

    -Al ser la mejor Blade Dancer, fue convocada para compartir el grupo de batalla con mi Padre, el cual debía tener a los mejores alumnos de la academia protegiéndolo por ser el heredero Real. Durante el largo viaje no pudo dejar de observarla, sus movimientos eran los de una gacela, pero peleando se asemejaba más a un fiero felino, era impactante y, como dije antes, inevitable que se enamorara de ella- al decir esto sintió un orgullo que la colmaba, que dura carga: sus padred, los mejores, ¿alguna vez los igualaría?... no lo sabía.

    - Serás la mejor, lo veo, lo sé- respondió Tefnut a los pensamientos de Ariel, confortándola – prosigue, no me cortes la historia por favor!!!- suplicó haciendo un berrinche aniñado.

    -Esta bien, pero recuérdame reprenderte cuando sea Reina, eres una súbdita muy malcriada, inclusive mas que yo- se sumó a la broma la Princesa, riéndose junto a su amiga, y prosiguió su relato- Entre paradas y campamentos, se hicieron amigos, hablaron de su vida, sus deseos, sus pensamientos, y al fin mi Padre comprendía realmente lo que significaba ser una mujer en una cultura de hombres, y corroboraba que no había diferencias mas que físicas, reconsiderando sus enseñanzas tradicionalistas y formándose una nueva imagen, la de mi Madre, imagen que intentó transmitir hasta el día de hoy, aunque sólo surta efecto en mí- río una vez más, realmente le gustaba transmitir esas historias, le hacía bien sentirse cerca de su madre, aunque sea en sus historias.

    - Como ya te había dicho, fue cuestión de tiempo, se enamoraron, combatieron, ganaron y regresaron, dispuestos a casarse y unirse para siempre!- hizo énfasis en esto poniendo la voz melosa y agitando las pestañas, en gesto romántico hacia Tefnut, que estaba absorta con la historia, y continuó – Obviamente, lo esperaba su prometida para casarse, era la hermana de Vellior, una joven Shillien Elder criada para entregarse a mi padre desde niña, y fue un gran escándalo!. Pero mis padre huyeron y yo nací en el bosque…vivimos allí unos años hasta que murió mi abuelo y tu padre buscó a mi familia en el bosque- esto último sorprendió a Tefnut, la cual no pudo imaginar a su Padre en ese gesto, a lo que Ariel agregó- No lo hizo de buena gana, sólo que los Demonios de las Sombras sólo pasan a los herederos de Shillien, de otro modo, serían liberados de su sello sagrado, lo cual no es recomendable, ya que sin control de un alma captora son una gran amenaza. En fin… volvimos y mi Padre ocupó el trono, junto a mi Madre por supuesto, cosa que nunca fue aceptada por el Consejo, hasta que al poco tiempo…- Ariel se detuvo y su entusiasmo cayó en un abismo, esa parte de la historia no era agradable.

    -Dilo, Ariel, dilo, es lo que necesitas, debes sacarlo…- exclamó Tefnut, incorporándose y tomando la mano de su amiga con fuerza.

    - Los humanos cruzaron los límites de los dominios Oscuros, mi madre patrullaba, pues jamás aceptó abandonar las tropas, sino que las lideró valientemente, y eso la mató… Los humanos le tendieron una trampa y los emboscaron, y su General mató a mi madre, llevándose sus espadas como trofeo de guerra, y abandonando su cuerpo en el bosque- al terminar el relato, lloró en los brazos de su amiga como nunca antes. Cómo la necesitaba, como la extrañaba, como ansiaba su regazo…

    - Era su deber, murió como cualquier guerrero desea, luchando… cumplió con su Deber- le susurró Tefnut, tratando de calmarla.

    - Al demonio con el Honor, yo la necesitaba conmigo… la odié tanto tiempo, por lastimar a Papá y a mí, pero en realidad se trataba de lo mucho que la amaba, y lo que en realidad odié fue su partida- decía entre lágrimas Ariel, acurrucándose más a Tefnut, la cual la retiró y mirándola a los ojos le dijo:

    - La tendrás, tendrás tu venganza, tendrás tu batalla.
    La tendría, y encontraría al asesino de su madre, al que mató su niñez, lo mataría, y recuperaría las duales de su Madre, así se le fuera la vida en ello… TENDRIA SU VENGANZA.

  2. #2

    Re: Una Historia Cap Ii

    que copado sos un capo que imaginacion

  3. #3
    PlayOnline Gamer Avatar de muny
    Fecha de ingreso
    19 feb, 07
    Mensajes
    798

    Re: Una Historia Cap Ii

    muy buena la historia, te recomendaría que de ahora en más subas todos tus capítulos en el mismo th, sino el lector q recien la empieza se puede perder

Temas similares

  1. Respuestas: 24
    Último mensaje: 08/04/2013, 12:22
  2. UNA HISTORIA... cap 1
    Por bellaswan en el foro Rol
    Respuestas: 4
    Último mensaje: 30/05/2009, 18:21
  3. la historia del L2
    Por Nombre de Usuario en el foro Ares HB (Migrado a Ares 2.0)
    Respuestas: 5
    Último mensaje: 05/10/2006, 23:45
  4. una historia :)
    Por mojolacama en el foro General
    Respuestas: 10
    Último mensaje: 24/07/2006, 20:11

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •