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Ver la versión completa : Parte Segunda – Hacia el sur –



dragonnegro
14/04/2006, 15:18
En la era Herolife, hace unos treinta años aproximadamente, la comunidad de magos y guerreros se había dado cita en el Coliseo para que se eligiera a los mas aptos de ellos y de esa manera dar comienzo a la búsqueda de la espada.
Una vez elegidos esto un mago, Darmarian, que no fue electo para la empresa, guardo su enojo muy dentro de su corazón y decidió exiliarse yendo hacia las tierras del sur, y así buscar un destino, en el cual se valorara su idoneidad para las artes mágicas.
Cuando los orcos robaron el carruaje de Guillian, huyeron lo más lejos posible de los hombres para ocultarse, y vendieron todos los objetos robados para deshacerse de cualquier culpabilidad en el futuro. Guillian había querido trasladas el huevo a la ciudad, pero cuando fue atacado cerca del valle encantado por los orcos, el huevo quedo nuevamente a la deriva y el dragón nació en la soledad del valle.
Un Elfo, llamado, Al Alhamí, recorría los alrededores de Oren, puesto que se había enterado de la búsqueda de la espada y quería formar parte del tan selecto grupo. Pero no tenia la edad ni las cualidades suficientes, Grande hubiera sido la decepción de Al, si no lo hubieran elegido para formar parte. Terminando de recorrer el valle, Al diviso en las penumbras un fuego intermitente que permitía verse solo por momentos, asustado, pensó – ¿Que es lo que permite que el fuego se vea por momentos? – Acercándose lentamente se hacia mas nítida la imagen, pero no llegaba a darse cuenta de lo que lo que era en realidad, deslizo suavemente su mano por la cintura y tomo su espada, la lanzo hacia su otra mano y luego tomo su preciada daga con la otra. Armado y seguro que ya no había nadie mas alrededor, luego de rodear lo que el creía un campamento, quiso sorprender a la criatura que reencontraba haciendo fuego. Salto por unas ramas y subió a una gran piedra, se asomo lentamente y al ver nuevamente el resplandor del fuego, salto hacia su adversario y cayo frente a frente viéndolo a los ojos, cuando el fuego seso, quedo completamente a oscuras frente a lo que creía haber visto, - ¿Un dragón? – pensó, ¿podrá ser un dragón?, no puede ser, escaparon y ya nada haría que vuelvan y si es un dragón, ¿porque no me ha comido aun? – en un segundo el dragón comenzó a respirar agitado y lanzo una bocanada de fuego que encendió una ramas secas y Al vio todo su pequeño cuerpo, era como del tamaño de un perro adulto, tierno en apariencia, pero con su cola cubierta de escamas muy grandes y de un color negro, tan negro y brillante que parecía la noche misma.
Los orcos que llevaron su botín al líder de su tribu le entregaron a su líder, lo encontrado, un viejo orco que había peleado ya en muchas batallas, tomo entre sus manos lo encontrado y entre sus manos tenia la armadura de Guillian, pensó un momento y agacho la cabeza mientras apretaba fuerte con su mano la armadura y de pronto largo una carcajada siniestra, iba a dejarla caer y cuando de pronto un pedazo de tela adherido le llamo la atención, lo olfateo, se arrodillo con su pierna izquierda al suelo, poso su mano sobre su cabeza y dijo en una voz muy baja que fue subiendo de tono,
- No creo lo que mis sentidos, me despiertan, luego de tantos años,
- No lo puedo creer, es algo que no sucedía hacia mucho tiempo.
- Y Uds. I*****s no pueden distinguir un cargamento vació de uno que tiene una riqueza inconmensurable…
Todos sus orcos, tuvieron miedo y no emitieron sonido alguno, el Jefe orco se llamaba Grikst, en las viejas alianzas entre los hombres y los elfos, había servido de mata dragones a los hombres, y podía distinguir el aroma de un huevo de dragón sin ningún problema.
Se levanto repentinamente y ordeno que formaran el ejercito en la puerta de la caverna que habitaba, tomo su armadura vieja y de la coloco, tomo un hacha con un mango relativamente grande y pregunto, - Imagino que no habrán dejado un solo hombre vivo en ese valle, ¿No es cierto? – ninguno, dijo tímidamente uno de los orcos… ¡!Bien!!, entonces, en marcha, antes de que amanezca ese huevo va a ser mío, los reinos pagaran lo que sea con tal de que no los ataque con un dragón.
Mientras tanto en el Valle encantado, Al había tomado mas confianza y comenzaba a interpretar algo que no era realidad, pero que su mente y su imaginación le dejaron ver, y dijo: - No hay ninguna espada que buscar, ¡que tonto!, los guerreros y los magos buscan un dragón para exterminarlo antes de que crezca y los ataque -.
Entonces, tomo su gran correa que utilizaba como cinturón, le dio dos vueltas al cuello del dragón y lo llevo como si fuera un becerro por su correa, hacia el sur, mas precisamente al valle del Dragón, creyendo que podría encontrarse allí con otros dragones y ocultarlo y así no seria acecinado por los hombres. Para ese entonces, cerca del Valle del Dragón, Los odios encontraban el carruaje y el cascaron del huevo, Grikst, olfateo el suelo, vio las huellas y dijo, rápido detrás de las huellas hoy no dormiremos hasta encontrarlo, ese maldito Dragón es nuestro seguro de vida.
Sin saberlo, Al se había puesto entre los orcos y el dragón.
Al llegar al Valle, no había ningún Dragón, es más, había recordado que no había dragones, mas que en las historias que se contaban, pero sabia que en la antigüedad habían escapado con los demonios, ¿pero?, ¿como había llegado este dragón aquí, habiendo pasado tantos años?...
Ya no le importo, emprendió camino a la vieja casa de un Elfo amigo que vivía en Talking Island, mientras los orcos le comenzaban a pisar los talones. Aquella noche, comieron bien y durmieron, al amanecer se levantaron y comenzaron su caminata, ya habían llegado a las Ruinas de la desesperación, cuando sintió un grito, guerrero detrás de el, ¡Orcos!, ¡son orcos!, ¿que demoños haré contigo ahora?, tomo su espada en una mano y su daga en la otra, los orcos vieron que solo era un elfo y callaron sus gritos y comenzaron a caminar muy lentamente. El miedo le subía por sus piernas temblorosas, y su cabeza imaginaba miles de cosas en un instante, apunto su espada, hacia el orco, quien de un manotazo se la quito se su mano, el miedo aumento aun mas. El Dragón tenia una inteligencia fuera de lo común, pero era muy pequeño para tomar una decisión aun, desde que Al lo había encontrado, había aumentado cincuenta por ciento su tamaño, lanzo una llamarada impresionante que quemo a todos los orcos del frente de la cuadrilla, pensó, ¡increíble! Cuando creyó que todos habían muerto vio asomarse por la ladera un ejército de orcos impresionantemente enorme, y muy adentro suyo pensó, nunca hubieran puesto un mejor nombre a este lugar.
Se lanzo a correr en forma desesperada, sin mirar atrás los gritos de los orcos eran cada vez mas fuertes e intimidantes, ya el miedo lo recorría y nada lo podía calmar en aquel momento.
Se quedo parado, dio la vuelta y pensó, debo morir peleando como un Elfo que soy, Dragón corre y sálvate, grito fuerte, el dragón se fue detrás de unas piedras grandes. El Elfo había quedado a merced de los orcos, cruzo unas espadas contra algunos de ellos pero lo lastimaron muy mal y cayo en la tierra, los orcos a medida que pasaban caminando lo cortaban en diferentes partes de su cuerpo, para que sufra el dolor. Grikst, lo pateo al pasar y con su mirada perdida en el horizonte trataba de encontrar al dragón, de pronto un tornado, vientos huracanados, soplaron de todos los puntos, la horda de orcos, corrió a los árboles para salvarse, pero se golpeaban en el aire unos con otros y muchos quedaron a kilómetros de allí, Grikst, se sostenía a las raíces de un árbol, su persistencia por no perder aquel dragón, fue grande y mucho costo que pudiera aferrarse a Al para que no se lo llevara la tempestad, pero un rayo le pego en su espalda y al soltar a Al y a las raíces, se esfumo en el aire con todos los demás orcos.
Los orcos que llegaron a donde el Dragón, lo lastimaron con cortes pequeños, pero gracias a los vientos, fue poco lastimado. Ya los orcos se habían ido y nada hacia pensar que sus vidas podían ser salvadas. A lo lejos, una carreta tirada por un solo caballo, era guiada por una persona que tenia un sombrero de pico y una gran capa, el obrero cayo hacia su espalda y tapo su cabeza con una capucha grande, como para evitar ser reconocido. Al en su dolor creyó que eran visiones, pero pronto el hombre, toco su brazo y examino sus heridas, miro al dragón y lo subió en su carreta, tomo al elfo y lo envolvió en hojas de una planta que no había visto hasta entonces, lo cubrió con su capa y lo subió junto al dragón que le daba calor con su pecho.
Así se fueron en su carruaje hasta el templo del olvido, Al pudo escuchar una conversación entre aquel hombre y alguien que les cobraba por cruzar a algún sitio con una barcaza, cruzaron las aguas y luego viajaron unas horas en la carreta nuevamente, habían llegado a lo que parecía la casa de un mago, Eran las Ruinas de Elven, y en realidad si era un mago, era Darmarian, viejo amigo de los elfos en la alianza con lo hombres, pero ahora exiliado en las tierras del sur, entro al dragón a su casa que ya era pesado y tenia el doble de su tamaño a la casa, junto con Al, pero los dos estaban moribundos, fue cuando se dio cuenta que ambos moriría, y tomo una dedición, haría de aquel elfo y de ese dragón una sola entidad en la que compartirían sus fuerzas para sobrevivir, así fue como dijo unas palabras en una lengua que Al no entendió y que nunca había escuchado.
Unió al Dragón con el elfo y en medio de su creación se dio cuenta que el conjuro no era suficiente con dos entidades tan moribundas y se dio cuenta que los mataría a los dos, su fuerza era lo único que podría hacer de aquello una persona que podría sobrevivir, fue cuando dijo otras palabras y en un remolino de luces rojas y azules, como si fueran de fuego mismo, desaparecieron dejando un punto de luz en el aire que fue tomando forma hasta convertirse en un bebe humano, se poso sobre el suelo y cuando las luces desaparecieron se escucho una voz y un golpe que abrió la puerta de par en par, eran Delagua y Selga su esposa, que dijeron, ¿Darmarian?. ¿Estas bien?. Quedaron asombrados al ver el niño en el suelo, la mujer lo tomo entre sus brazos y el hombre miraba hacia todos lados buscando al mago.
Ya no había mago ni dragón ni elfo, los tres serian un hombre, un hombre que se forjaría con los preceptos del honor, y la conducta de un caballero, que se conocería como Dragón Negro.

Dame la fuerza y la habilidad necesaria
Para que la luz de divinidad a la criatura
Honor para que cumpla con la voluntad del bien
Fuerza para que combata el mal.

Dame alma para la entidad, y un cuerpo humano
Que aunque sean nacidos del error de Kain
Vivirá con la perfección del elfo y el dragón
Vivirá con la fuerza de un mago
Y será su deber, cumplir con los preceptos de un caballero

Así te bautizare Dragón Negro
Creador de la orden
Hacedor del bien
Combatiente del mal….

Y esas fueron las palabras de Darmarian antes de su creación….

carnovalej
14/04/2006, 22:19
Dame la fuerza y la habilidad necesaria
Para que la luz de divinidad a la criatura
Honor para que cumpla con la voluntad del bien
Fuerza para que combata el mal.

Dame alma para la entidad, y un cuerpo humano
Que aunque sean nacidos del error de Kain
Vivirá con la perfección del elfo y el dragón
Vivirá con la fuerza de un mago
Y será su deber, cumplir con los preceptos de un caballero

Así te bautizare Dragón Negro
Creador de la orden
Hacedor del bien
Combatiente del mal….

Y esas fueron las palabras de Darmarian antes de su creación….

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