thecabe
22/12/2006, 00:25
Aca les dejo un pedazo de una historia que estoy escribiendo. Por favor, diganme todos los errores que tenga y si por ahora les gusta. Peronen la redaccion, tengo 14 años y a esta edad hay mucha vagancia para escribir :P
(Tengan en cuenta que yo tomo como que los elfos de la luz, decidieron no reconocerses a si mismos como hijos de shillien, porque creian que los habia traicionado dejando vivir a los elfos oscuros)
Desato la soga que sostenía su espada a su túnica y respiro profundamente. Se sentó. Sus manos, llenas de sangre estaban chorreando, empapando el piso. Los gritos de las decenas que habían quedado de la batalla se escuchaban débiles y lejanos, pero incesantes. La lucha entre las dos razas era infinita.
Elian no podía creer como sus compañeros de batalla tenían la resistencia para luchar contra la velocidad y la agilidad de los "elfos de la luz", ellos, los hijos de Shillien, tenían un mayor poder pero la velocidad en los movimientos y pensamientos de los elfos de la luz eran demasiado para poder soportarlos.
Unos segundos mas tarde entró un soldado con un mensaje de parte de los generales élficos, "Ante las grandes perdidas de las dos razas y el gran derramamiento de sangre, sentimos que nuestro ejercito no puede continuar en batalla. De esta manera presentamos la rendición ante el rey Liender, soberano ante el pueblo de Shillien".
Mucho tiempo después…
"Abuelo, abuelo, los sabios nos dijeron que hace mucho tiempo atrás hubo una guerra entre nuestro pueblo hermano y nosotros… ¿que paso?....cuéntanos!!!!". "Esta bien, es momento de decirles que he estado escribiendo, en secreto, las crónicas de las guerras contra los elfos", el ya anciano Elian saco de su bolso un cuaderno de unas 200 paginas y comenzó a leer:
"Estas crónicas cuentan la guerra entre dos razas por una historia de amor que nunca podría haberse cumplido en esa época pero milagrosamente se cumplió y se logro la hermandad entre dos razas fuertes e inteligentes.
Con mi amigo Jean salíamos a cazar todos los días hacia los bosques de la escuela de artes oscuras, al sudoeste de la ciudad, a unas 15 leguas de aquí, Jean era un profesional en el arte de la espada y el escudo, cada golpe era mortal y sus técnicas eran sublimes a tal punto que era llamado "Caballero de Shillien", por mi parte tenia un buen manejo de las artes oscuras, pero no se comparaba con el gran poder de los sabios del pueblo. El siete de octubre de 1354 salimos a cazar como si fuera un día cualquiera, exceptuando que había un silencio de muerte. A unas 9 leguas del pueblo, empezamos a seguir a una criatura que nunca habíamos visto, con un color verde y cubierta de hojas, caminaba tan sutilmente sobre la tierra que parecía que flotaba. Estuvimos siguiéndola unas dos horas admirados de su belleza, hasta que llegamos a un bosque muy extraño, en el que los árboles tenían un brillo nunca visto por nosotros. De repente se sintió un temblor en el piso, era tal su fuerza que hasta las hojas más verdes de los árboles caían ante las fuertes vibraciones. A lo lejos vimos que los árboles se corrían a los lados de un arroyo que había a un cuarto de legua. De repente, un cuerpo gigante, de unos veinte pies de altura, se acercaba a nosotros. Jean, quedo petrificado y yo trate de levantar una ráfaga de viento para defendernos, pero el gigante seguía avanzando. A unos quince pies de distancia, pudimos ver al monstruo; su piel estaba llena de una especie de hongos, sus cabellos llegaban hasta su cadera y su cara tenia una nariz enorme y unos ojos grandes y blancos, como su estuviera ciego.
Por suerte, Jean reacciono y me dijo que durmiera al monstruo con un hechizo que había aprendido hacia muy poco tiempo, sobre el cual no tenía mucha practica. El gigante se inmovilizo un instante pero luego vimos que estaba levantando sus brazos para aplastarnos como a un par de mosquitos. En ese momento, en el que no había nada que hacer, un rayo paso entre nuestras cabezas y termino su recorrido en el corazón del gigante; este cayó y notamos que su respiración había cesado. Al darnos vuelta, vimos un ser cubierto totalmente en una túnica larga que unos segundos depuse dijo "estuvo cerca jijiji". Era una voz suave, que habíamos escuchado hacia muchísimo tiempo, en un lugar lejano…Esta voz tenia una especie de magia que podría atrae hasta al ser mas frió e insensible del mundo. Luego de escuchar esta voz, lo primero que dijimos fue "¡Gracias!, nos salvaste la vida, de verdad, muchísimas gracias; ahora dinos, ¿Quién eres?" y la dulce voz contesto "Anarion, exploradora de los bosques de la villa de la luz"; en el momento en que pronuncio estas palabras, mostró su rostro: era de una piel que parecía echa de seda, sus ojos eran dos estrellas y sus cabellos tenían el brillo del arco-iris. Jean y yo quedamos atónitos, una elfa de la luz nos había salvado la vida, una hija de nuestros enemigos, esto era increíble, y lo primero que dijimos fue "¿Por qué?, ¿Por qué nos salvaste la vida?, somos enemigos milenarios de tu raza" y ella contesto "yo no creo en que halla que discriminar a otro por ser de otra raza, ni tampoco creo en las viejas historias sobre la guerra entre los dioses y la separación de un grupo que formo otra civilización". A partir de este momento mi cabeza dio un giro y todo los pensamientos malignos que tenia hacia aquella raza élfica se fueron de mi cabeza, mire a Jean y estaba con la boca abierta, mirando los ojos de la elfa, parecía amor a primera vista. Luego de pasado unos minutos y de que Anarion nos diera provisiones para la vuelta, nos llevo hasta los limites del bosque elfico, al extremo mas cercano a nuestra ciudad, que queda a nueve leguas de aquí.
Pasado unos días, Jean y Anarion empezaron a verse en secreto, debido a que si alguna de las familias se enteraba de que un hijo de Shillien mantenía una relación con una elfa podría asesinar a alguno de los dos por traición a su raza.
Niños, lo que les voy a contar ahora son solo fragmentos de la relación entre Jean y Anarion, debido a que Jean solo me invitaba a algunos de los encuentros con su amada, solo salidas de cacería y exploración.
Luego de que pasaran unos cinco meses, Jean empezó a enseñarle el manejo de la espada y el escudo a Anarion y yo algunos hechizos de magia oscura, mientras que ella nos enseñaba la utilización del arco y de la magia blanca.
Obviamente Jean aprendió mucho mas en poco tiempo que yo, a tal punto que cuando yo estaba aprendiendo a darle con el arco a un venado en movimiento, el ya sabia darle a una paloma en vuelo, y sus hechizos de magia blanca se habían vuelto tan poderosos que podía manejar a su antojo el agua de un rió torrentoso. Por parte de Anarion, podría haber luchado contra mil guerreros y ninguno podría haberse salvado del filo de su espada, y tenia tal manejo de las artes oscuras que con solo mirar a cualquier ser, podía causar la enfermedad y la depresión, hasta la muerte. Prácticamente eran dos guerreros casi invencibles, a tal punto que podían llegar a entablar una guerra con los dioses durante años y no perder ni una sola batalla.
Un tiempo después se hizo notoria la presencia de magia blanca en algunos momentos de la vida de Jean, este fue el caso cuando al estar luchando contra un dragón en las afueras de la ciudad y luego de que este rasgara sus ropas y le dejara un corte por el cual podía desangrase, Jean curo su propia herida en unos segundos. Una serie de hachos como este hizo sospechar a la familia de Jean, una de las más importantes del imperio de los hijos de Shillien y no por su dinero o sus tierras sino por la gran sabiduría que contenían en ella.
Unos 3 años después de que Jean y Anarion hayan salido en secreto, empezaron a sentir unas irrefrenables ganas de contar la verdad para estar tranquilos y no estar todo el tiempo preocupado por lo que le pudiera pasar al otro. Durante un tiempo pudieron sobrellevar esta carga, hasta que Anarion no pudo soportarlo y fue a contarle toda la historia a su padre. La ira de este se hizo cada vez mas grande, su hija había traicionado a miles de generaciones de elfos, como si las muertes que sufrió el pueblo elfito frente a los hijos de Shillien no significaran nada para su hija, esta traición debía ser castigada con la muerte, pero el no podía castigarla con la muerte, quería demasiado a su hija, entonces las primeras palabras que emitió fue "Vete, antes de que todo el imperio declare la guerra a los hijos de Shillien" y Anarion, por una parte triste pero por otra agradecida dijo "Pero papa, no puede ser para tanto, solo es un amor entre dos razas diferentes" y su padre contesto "Vete, tu no lo entiendes, ¡¡¡vete!!!" y Anarion salio corriendo hacia la casa de Jean, llorando. Por suerte, la casa de Jean no quedaba en la ciudad de los hijos de Shillien sino una legua al oeste. Cuando llego, vio que en el jardín de la casa, estaba Jean leyendo un libro de hechicería humana, tanto de magia negra como de magia blanca. Anarion lo llamo son acercarse demasiado a la casa por si alguien la veía, y cuando Jean se acerco, ella le contó lo sucedido hacia instantes. Jean no podía creer lo que había echo Anarion, haber sacrificado años y años de estar con su familia y sus tierras solo para estar con el.
El quince de noviembre de 1357, un DIA después de lo anteriormente contado, fui a la casa de Jean, para estudiar juntos un libro que había encontrado, sobre los hechizos con veneno, un libro de la civilización de los orcos. Cuando llegue, me encontré con que Jean le había hecho una cama dentro de su armario a Anarion y al principio me dio risa, pero luego entendí lo que estaba haciendo. En el momento en que Anarion salio del armario para alcanzarnos una infusión que había echo con hojas del bosque, entro el hermano de Jean, y vio a Anarion. Este se quedo paralizado unos segundos ante la sorpresa, pero en poco tiempo salio corriendo como un rayo a contarle a su familia. Jean dijo "Corran, hay que escapar, si nos agarran nos mataran" y en un segundo agarramos las mochilas que llevábamos cuando íbamos a cazar, y empezamos a correr rápido, muy rápido.
A partir de aqui, comenzare a contar como fue la vida en el bosque y como fue el inicio de la guerra entre las dos familias que, en poco tiempo se convertiría en una guerra sin fin entre las dos razas más poderosas del continente.
Nos alejamos a unas treinta y dos leguas de la ciudad de Shillien, a la cercanía de una ciudad llamada Gludin, lugar donde habitaban los humanos de la última resistencia contra nosotros, los hijos de Shillien. La única que podía interactuar con los humanos era Anarion, ya que los elfos de la luz no tenían problemas ni conflictos con los humanos. Durante meses estuvimos viviendo en el bosque, donde los animales y las bestias podían atacarnos en cualquier momento, pero por suerte yo tenia la protección de mi magia y las habilidades de Anarion y Jean.
Esta parte de la historia que voy a contar a continuación, me la contó un amigo del pueblo, mucho después de que terminara la guerra entre las dos razas.
Unos días después de que nosotros nos fuésemos, llego a la ciudad de los elfos de la luz un hombre encapuchado de pies a cabeza con intenciones de hablar de Anarion y Jean y solicito ver al padre de Anarion. En unos cinco minutos este ya estaba listo para hablar con el extraño. El padre de Anarion pregunto "¿Quien es usted?" y el extraño respondió "si prometen no hacerme daño me quitare la capucha" y la respuesta que obtuvo fue "si". El extraño se quito la capucha y todos vieron que era el padre de Jean, entonces exclamaron "Usted no puede estar aqui, le damos 10 segundos para que salga de aqui",pero este respondió "esperen, tengo algo que hablar con vos; ¿usted es el padre de una tal Anarion?" y el elfo respondió "si, soy yo" y el padre de Jean dijo "Ustedes han enviado a esa Anarion como una espía, estaba escondida en mi casa husmeando lo que hacíamos" y la respuesta fue "ahhh tu eres el padre del i***** ese del que mi hija se enamoro, ese mal nacido sedujo a mi hija para obtener información de nuestro pueblo, salga inmediatamente de aqui o mis arqueros lo asesinaran, ¡¡¡largo!!!", entonces el hijo de Shillien salio corriendo a toda velocidad, pero no pudo superar un flechazo en la pierna pero por suerte, su dragón lo abrazo con su cola y lo llevo de regreso a la ciudad.
Unos días después, a lo lejos de la ciudad élfica se vio un línea horizontal que cada vez se hacia mas grande, hasta que se empezaron a distinguir cascos y banderas. En el horizonte, las catapultas se hacían más grandes, hasta que dejaron de crecer. Una figura se acercaba rápidamente, parecía un jinete. Cuando llego ante la entrada a la ciudad dijo "Ante la falta de respeto y el no cumplimiento de la Ley de la Hermandad que dice que cualquier ciudadano de cualquier raza será espetado en la ciudad de la otra, nosotros, los hijos de Shillien, le declaramos la guerra a ustedes, elfos de la luz. Los esperaremos a que preparen sus tropas, esto será un duelo entre razas, esta batalla definirá quien tiene el poder ante la otra civilización".
Quiero hacer una pausa para que, nietos míos, vean que hasta en nuestra propia civilización y en las demás siempre hay corrupción e interés, observen como con la sola excusa de haber infringido una ley, se genera una guerra para ver quien tiene el poder, esto existe aun en estos días. Continúo con la historia.
El jinete se alejo y el ejército avanzo hasta estar a tres cuartos de leguas de la ciudad.
Los elfos, al no saber que hacer y no tener provisiones para luchar ante tal ejercito, tomo una decisión cobarde ante los ojos de los hijos de Shillien, pero era la única manera de sobrevivir: escaparon, tomaron sus armas y sus alimentos, y escaparon a toda velocidad hacia el oeste, a una ciudad construida por los humanos llamada Aden.
El ejército de Shillien los persiguió durante un largo tiempo pero al ver las torres de Aden se detuvieron. El jefe de las fuerzas, llamado Faroth dijo "No nos acercaremos mas, Aden es muy peligrosa para los hijos de Shillien, haremos un campamento en los viejos campos de batalla de Aden, cerca de las montañas".
Comenzaron el viaje y al llegar a la montaña se encontraron con un grupo de humanos, mas o menos unos cien hombres, nada en comparación con los mil trescientos guerreros del ejercito shillienico.
Obviamente, los humanos ni se resistieron ante la llegada de los cientos de guerreros, solo dejaron que estos se establezcan en la pequeña aldea que habían formado y les ofrecieron comida y agua, y lugares para dormir.
Justo en el momento en que los hijos de Shillien estaban entrando en la aldea, un jinete que ni siquiera había logrado subirse a su caballo, salio a todo galope en dirección a Aden, pero ninguno de los guerreros de Shillien se lo tomo como algo malo...cosa que en realidad si lo era.
Los planes de los generales de Shillien eran quedarse ahí durante un mes, esperando que los elfos hallan creído que ellos habían vuelto a la ciudad de Shillien y que podían regresar a sus hogares; en ese momento, los atacarían.
Durante una semana, los guerreros shillienicos, que estaban formados por setecientos hombres de infantería y cuatrocientos magos, los demás eran oráculos y maquinas de asedio, entrenaron duramente. El entrenamiento en las montañas era cada vez mas duro y al quinto día de estar allí, los guerreros estaban agotados, para suerte de ellos, los generales los dejaron descansar durante dos días.
El séptimo día, a la noche, se divisaron luces que se movían en las cercanías de Aden, pero no se distinguía debido a la espesa niebla que cubría la zona. En unos minutos lograron darse cuenta que era el ejercito elfico, avanzando con sus rápidos arqueros y sus hábiles magos, pero por suerte, estos no sabían que todo hijo de Shillien consigue la fuerza y la destreza de la oscuridad, por eso en la noche podían pelear mejor. Rápidamente, se pusieron sus armaduras, y agarraron sus armas. En pocos minutos el ejercito elfico estaba a media legua, y los arqueros avanzaban para descargar una lluvia de flechas sobre los guerreros shillienicos.
Una de las batallas más grandes entre las dos razas estaba a punto de comenzar...
Bueno, espero que la disfruten, y si leyeron esta parte van a tener que leer lo que falta sino no van a entender porque escribi esto y porque la redaccion empieza de esa manera. :D
(Tengan en cuenta que yo tomo como que los elfos de la luz, decidieron no reconocerses a si mismos como hijos de shillien, porque creian que los habia traicionado dejando vivir a los elfos oscuros)
Desato la soga que sostenía su espada a su túnica y respiro profundamente. Se sentó. Sus manos, llenas de sangre estaban chorreando, empapando el piso. Los gritos de las decenas que habían quedado de la batalla se escuchaban débiles y lejanos, pero incesantes. La lucha entre las dos razas era infinita.
Elian no podía creer como sus compañeros de batalla tenían la resistencia para luchar contra la velocidad y la agilidad de los "elfos de la luz", ellos, los hijos de Shillien, tenían un mayor poder pero la velocidad en los movimientos y pensamientos de los elfos de la luz eran demasiado para poder soportarlos.
Unos segundos mas tarde entró un soldado con un mensaje de parte de los generales élficos, "Ante las grandes perdidas de las dos razas y el gran derramamiento de sangre, sentimos que nuestro ejercito no puede continuar en batalla. De esta manera presentamos la rendición ante el rey Liender, soberano ante el pueblo de Shillien".
Mucho tiempo después…
"Abuelo, abuelo, los sabios nos dijeron que hace mucho tiempo atrás hubo una guerra entre nuestro pueblo hermano y nosotros… ¿que paso?....cuéntanos!!!!". "Esta bien, es momento de decirles que he estado escribiendo, en secreto, las crónicas de las guerras contra los elfos", el ya anciano Elian saco de su bolso un cuaderno de unas 200 paginas y comenzó a leer:
"Estas crónicas cuentan la guerra entre dos razas por una historia de amor que nunca podría haberse cumplido en esa época pero milagrosamente se cumplió y se logro la hermandad entre dos razas fuertes e inteligentes.
Con mi amigo Jean salíamos a cazar todos los días hacia los bosques de la escuela de artes oscuras, al sudoeste de la ciudad, a unas 15 leguas de aquí, Jean era un profesional en el arte de la espada y el escudo, cada golpe era mortal y sus técnicas eran sublimes a tal punto que era llamado "Caballero de Shillien", por mi parte tenia un buen manejo de las artes oscuras, pero no se comparaba con el gran poder de los sabios del pueblo. El siete de octubre de 1354 salimos a cazar como si fuera un día cualquiera, exceptuando que había un silencio de muerte. A unas 9 leguas del pueblo, empezamos a seguir a una criatura que nunca habíamos visto, con un color verde y cubierta de hojas, caminaba tan sutilmente sobre la tierra que parecía que flotaba. Estuvimos siguiéndola unas dos horas admirados de su belleza, hasta que llegamos a un bosque muy extraño, en el que los árboles tenían un brillo nunca visto por nosotros. De repente se sintió un temblor en el piso, era tal su fuerza que hasta las hojas más verdes de los árboles caían ante las fuertes vibraciones. A lo lejos vimos que los árboles se corrían a los lados de un arroyo que había a un cuarto de legua. De repente, un cuerpo gigante, de unos veinte pies de altura, se acercaba a nosotros. Jean, quedo petrificado y yo trate de levantar una ráfaga de viento para defendernos, pero el gigante seguía avanzando. A unos quince pies de distancia, pudimos ver al monstruo; su piel estaba llena de una especie de hongos, sus cabellos llegaban hasta su cadera y su cara tenia una nariz enorme y unos ojos grandes y blancos, como su estuviera ciego.
Por suerte, Jean reacciono y me dijo que durmiera al monstruo con un hechizo que había aprendido hacia muy poco tiempo, sobre el cual no tenía mucha practica. El gigante se inmovilizo un instante pero luego vimos que estaba levantando sus brazos para aplastarnos como a un par de mosquitos. En ese momento, en el que no había nada que hacer, un rayo paso entre nuestras cabezas y termino su recorrido en el corazón del gigante; este cayó y notamos que su respiración había cesado. Al darnos vuelta, vimos un ser cubierto totalmente en una túnica larga que unos segundos depuse dijo "estuvo cerca jijiji". Era una voz suave, que habíamos escuchado hacia muchísimo tiempo, en un lugar lejano…Esta voz tenia una especie de magia que podría atrae hasta al ser mas frió e insensible del mundo. Luego de escuchar esta voz, lo primero que dijimos fue "¡Gracias!, nos salvaste la vida, de verdad, muchísimas gracias; ahora dinos, ¿Quién eres?" y la dulce voz contesto "Anarion, exploradora de los bosques de la villa de la luz"; en el momento en que pronuncio estas palabras, mostró su rostro: era de una piel que parecía echa de seda, sus ojos eran dos estrellas y sus cabellos tenían el brillo del arco-iris. Jean y yo quedamos atónitos, una elfa de la luz nos había salvado la vida, una hija de nuestros enemigos, esto era increíble, y lo primero que dijimos fue "¿Por qué?, ¿Por qué nos salvaste la vida?, somos enemigos milenarios de tu raza" y ella contesto "yo no creo en que halla que discriminar a otro por ser de otra raza, ni tampoco creo en las viejas historias sobre la guerra entre los dioses y la separación de un grupo que formo otra civilización". A partir de este momento mi cabeza dio un giro y todo los pensamientos malignos que tenia hacia aquella raza élfica se fueron de mi cabeza, mire a Jean y estaba con la boca abierta, mirando los ojos de la elfa, parecía amor a primera vista. Luego de pasado unos minutos y de que Anarion nos diera provisiones para la vuelta, nos llevo hasta los limites del bosque elfico, al extremo mas cercano a nuestra ciudad, que queda a nueve leguas de aquí.
Pasado unos días, Jean y Anarion empezaron a verse en secreto, debido a que si alguna de las familias se enteraba de que un hijo de Shillien mantenía una relación con una elfa podría asesinar a alguno de los dos por traición a su raza.
Niños, lo que les voy a contar ahora son solo fragmentos de la relación entre Jean y Anarion, debido a que Jean solo me invitaba a algunos de los encuentros con su amada, solo salidas de cacería y exploración.
Luego de que pasaran unos cinco meses, Jean empezó a enseñarle el manejo de la espada y el escudo a Anarion y yo algunos hechizos de magia oscura, mientras que ella nos enseñaba la utilización del arco y de la magia blanca.
Obviamente Jean aprendió mucho mas en poco tiempo que yo, a tal punto que cuando yo estaba aprendiendo a darle con el arco a un venado en movimiento, el ya sabia darle a una paloma en vuelo, y sus hechizos de magia blanca se habían vuelto tan poderosos que podía manejar a su antojo el agua de un rió torrentoso. Por parte de Anarion, podría haber luchado contra mil guerreros y ninguno podría haberse salvado del filo de su espada, y tenia tal manejo de las artes oscuras que con solo mirar a cualquier ser, podía causar la enfermedad y la depresión, hasta la muerte. Prácticamente eran dos guerreros casi invencibles, a tal punto que podían llegar a entablar una guerra con los dioses durante años y no perder ni una sola batalla.
Un tiempo después se hizo notoria la presencia de magia blanca en algunos momentos de la vida de Jean, este fue el caso cuando al estar luchando contra un dragón en las afueras de la ciudad y luego de que este rasgara sus ropas y le dejara un corte por el cual podía desangrase, Jean curo su propia herida en unos segundos. Una serie de hachos como este hizo sospechar a la familia de Jean, una de las más importantes del imperio de los hijos de Shillien y no por su dinero o sus tierras sino por la gran sabiduría que contenían en ella.
Unos 3 años después de que Jean y Anarion hayan salido en secreto, empezaron a sentir unas irrefrenables ganas de contar la verdad para estar tranquilos y no estar todo el tiempo preocupado por lo que le pudiera pasar al otro. Durante un tiempo pudieron sobrellevar esta carga, hasta que Anarion no pudo soportarlo y fue a contarle toda la historia a su padre. La ira de este se hizo cada vez mas grande, su hija había traicionado a miles de generaciones de elfos, como si las muertes que sufrió el pueblo elfito frente a los hijos de Shillien no significaran nada para su hija, esta traición debía ser castigada con la muerte, pero el no podía castigarla con la muerte, quería demasiado a su hija, entonces las primeras palabras que emitió fue "Vete, antes de que todo el imperio declare la guerra a los hijos de Shillien" y Anarion, por una parte triste pero por otra agradecida dijo "Pero papa, no puede ser para tanto, solo es un amor entre dos razas diferentes" y su padre contesto "Vete, tu no lo entiendes, ¡¡¡vete!!!" y Anarion salio corriendo hacia la casa de Jean, llorando. Por suerte, la casa de Jean no quedaba en la ciudad de los hijos de Shillien sino una legua al oeste. Cuando llego, vio que en el jardín de la casa, estaba Jean leyendo un libro de hechicería humana, tanto de magia negra como de magia blanca. Anarion lo llamo son acercarse demasiado a la casa por si alguien la veía, y cuando Jean se acerco, ella le contó lo sucedido hacia instantes. Jean no podía creer lo que había echo Anarion, haber sacrificado años y años de estar con su familia y sus tierras solo para estar con el.
El quince de noviembre de 1357, un DIA después de lo anteriormente contado, fui a la casa de Jean, para estudiar juntos un libro que había encontrado, sobre los hechizos con veneno, un libro de la civilización de los orcos. Cuando llegue, me encontré con que Jean le había hecho una cama dentro de su armario a Anarion y al principio me dio risa, pero luego entendí lo que estaba haciendo. En el momento en que Anarion salio del armario para alcanzarnos una infusión que había echo con hojas del bosque, entro el hermano de Jean, y vio a Anarion. Este se quedo paralizado unos segundos ante la sorpresa, pero en poco tiempo salio corriendo como un rayo a contarle a su familia. Jean dijo "Corran, hay que escapar, si nos agarran nos mataran" y en un segundo agarramos las mochilas que llevábamos cuando íbamos a cazar, y empezamos a correr rápido, muy rápido.
A partir de aqui, comenzare a contar como fue la vida en el bosque y como fue el inicio de la guerra entre las dos familias que, en poco tiempo se convertiría en una guerra sin fin entre las dos razas más poderosas del continente.
Nos alejamos a unas treinta y dos leguas de la ciudad de Shillien, a la cercanía de una ciudad llamada Gludin, lugar donde habitaban los humanos de la última resistencia contra nosotros, los hijos de Shillien. La única que podía interactuar con los humanos era Anarion, ya que los elfos de la luz no tenían problemas ni conflictos con los humanos. Durante meses estuvimos viviendo en el bosque, donde los animales y las bestias podían atacarnos en cualquier momento, pero por suerte yo tenia la protección de mi magia y las habilidades de Anarion y Jean.
Esta parte de la historia que voy a contar a continuación, me la contó un amigo del pueblo, mucho después de que terminara la guerra entre las dos razas.
Unos días después de que nosotros nos fuésemos, llego a la ciudad de los elfos de la luz un hombre encapuchado de pies a cabeza con intenciones de hablar de Anarion y Jean y solicito ver al padre de Anarion. En unos cinco minutos este ya estaba listo para hablar con el extraño. El padre de Anarion pregunto "¿Quien es usted?" y el extraño respondió "si prometen no hacerme daño me quitare la capucha" y la respuesta que obtuvo fue "si". El extraño se quito la capucha y todos vieron que era el padre de Jean, entonces exclamaron "Usted no puede estar aqui, le damos 10 segundos para que salga de aqui",pero este respondió "esperen, tengo algo que hablar con vos; ¿usted es el padre de una tal Anarion?" y el elfo respondió "si, soy yo" y el padre de Jean dijo "Ustedes han enviado a esa Anarion como una espía, estaba escondida en mi casa husmeando lo que hacíamos" y la respuesta fue "ahhh tu eres el padre del i***** ese del que mi hija se enamoro, ese mal nacido sedujo a mi hija para obtener información de nuestro pueblo, salga inmediatamente de aqui o mis arqueros lo asesinaran, ¡¡¡largo!!!", entonces el hijo de Shillien salio corriendo a toda velocidad, pero no pudo superar un flechazo en la pierna pero por suerte, su dragón lo abrazo con su cola y lo llevo de regreso a la ciudad.
Unos días después, a lo lejos de la ciudad élfica se vio un línea horizontal que cada vez se hacia mas grande, hasta que se empezaron a distinguir cascos y banderas. En el horizonte, las catapultas se hacían más grandes, hasta que dejaron de crecer. Una figura se acercaba rápidamente, parecía un jinete. Cuando llego ante la entrada a la ciudad dijo "Ante la falta de respeto y el no cumplimiento de la Ley de la Hermandad que dice que cualquier ciudadano de cualquier raza será espetado en la ciudad de la otra, nosotros, los hijos de Shillien, le declaramos la guerra a ustedes, elfos de la luz. Los esperaremos a que preparen sus tropas, esto será un duelo entre razas, esta batalla definirá quien tiene el poder ante la otra civilización".
Quiero hacer una pausa para que, nietos míos, vean que hasta en nuestra propia civilización y en las demás siempre hay corrupción e interés, observen como con la sola excusa de haber infringido una ley, se genera una guerra para ver quien tiene el poder, esto existe aun en estos días. Continúo con la historia.
El jinete se alejo y el ejército avanzo hasta estar a tres cuartos de leguas de la ciudad.
Los elfos, al no saber que hacer y no tener provisiones para luchar ante tal ejercito, tomo una decisión cobarde ante los ojos de los hijos de Shillien, pero era la única manera de sobrevivir: escaparon, tomaron sus armas y sus alimentos, y escaparon a toda velocidad hacia el oeste, a una ciudad construida por los humanos llamada Aden.
El ejército de Shillien los persiguió durante un largo tiempo pero al ver las torres de Aden se detuvieron. El jefe de las fuerzas, llamado Faroth dijo "No nos acercaremos mas, Aden es muy peligrosa para los hijos de Shillien, haremos un campamento en los viejos campos de batalla de Aden, cerca de las montañas".
Comenzaron el viaje y al llegar a la montaña se encontraron con un grupo de humanos, mas o menos unos cien hombres, nada en comparación con los mil trescientos guerreros del ejercito shillienico.
Obviamente, los humanos ni se resistieron ante la llegada de los cientos de guerreros, solo dejaron que estos se establezcan en la pequeña aldea que habían formado y les ofrecieron comida y agua, y lugares para dormir.
Justo en el momento en que los hijos de Shillien estaban entrando en la aldea, un jinete que ni siquiera había logrado subirse a su caballo, salio a todo galope en dirección a Aden, pero ninguno de los guerreros de Shillien se lo tomo como algo malo...cosa que en realidad si lo era.
Los planes de los generales de Shillien eran quedarse ahí durante un mes, esperando que los elfos hallan creído que ellos habían vuelto a la ciudad de Shillien y que podían regresar a sus hogares; en ese momento, los atacarían.
Durante una semana, los guerreros shillienicos, que estaban formados por setecientos hombres de infantería y cuatrocientos magos, los demás eran oráculos y maquinas de asedio, entrenaron duramente. El entrenamiento en las montañas era cada vez mas duro y al quinto día de estar allí, los guerreros estaban agotados, para suerte de ellos, los generales los dejaron descansar durante dos días.
El séptimo día, a la noche, se divisaron luces que se movían en las cercanías de Aden, pero no se distinguía debido a la espesa niebla que cubría la zona. En unos minutos lograron darse cuenta que era el ejercito elfico, avanzando con sus rápidos arqueros y sus hábiles magos, pero por suerte, estos no sabían que todo hijo de Shillien consigue la fuerza y la destreza de la oscuridad, por eso en la noche podían pelear mejor. Rápidamente, se pusieron sus armaduras, y agarraron sus armas. En pocos minutos el ejercito elfico estaba a media legua, y los arqueros avanzaban para descargar una lluvia de flechas sobre los guerreros shillienicos.
Una de las batallas más grandes entre las dos razas estaba a punto de comenzar...
Bueno, espero que la disfruten, y si leyeron esta parte van a tener que leer lo que falta sino no van a entender porque escribi esto y porque la redaccion empieza de esa manera. :D