Zirnof
01/05/2007, 06:52
Muchos lo recuerdan pero otros no...
http://sp6.fotologs.net/photo/22/0/26/ana_luchi_gera/1177998169_f.jpg
La llamada Masacre de Chicago, en recuerdo de la sangrienta mocha entre manifestantes y policías en la plaza de esa ciudad estadounidense el 4 de mayo de 1886, fue el origen del explosivo de la organización de obreros y empleados que exigían demandas de justicia social.
La historia indica que tres días antes los trabajadores de la Federación de Sindicatos Organizados y Uniones Laborales de Estados Unidos y Canadá le dieron vuelo a una huelga en demanda de 8 horas diarias de laburo, 8 horas de reposo e ídem número de horas de recreación, reivindicaciones que tuvieron su antecedente en 1836, cuando se produjo la primera huelga declarada por los carpinteros de Filadelfia.
En la Plaza Haymarker la tole tole se desencadenó cuando caldeados trabajadores demandaban mejorías en sus salarios, reconocimiento de sus entidades, sufragio universal, y, más que nada, el establecimiento de ocho horas de pega al día.
Ochenta muertos y cientos de heridos fue el trágico saldo de la arremetida policial. Un juicio que la historia considera como bastante extraño e injusto, derivó en la condena a la horca para los mencionados líderes obreros, de un movimiento conformado más que nada por operarios de fábricas textiles. Parsons, Spies, Fischer y Engel fueron ejecutados en la Plaza Haymarker después que los apresaran junto a otros cuatro guaripolas de los trabajadores. Spies estaba a punto de lanzar un encendido discurso ante la muchedumbre, lo que no alcanzó a hacer por la llegada de un contingente de alrededor de 80 policías.
En medio de la trifulca vino un bombazo, que abatió a un guardia y a varios obreros. Les echaron la culpa a los promotores de la concentración, que perdieron la vida, pero posteriormente fueron reivindicados cuando la jefatura policial a cargo de frenar el acto confesó que el artefacto explosivo no salió de los dirigentes, y que se urdió meterlos en el baile, con la chiva de su culpabilidad.
Para remachar la inocencia de los sindicalistas, el procurador del juicio afirmó que un desconocido fue utilizado para el bombazo.
http://sp6.fotologs.net/photo/22/0/26/ana_luchi_gera/1177998169_f.jpg
La llamada Masacre de Chicago, en recuerdo de la sangrienta mocha entre manifestantes y policías en la plaza de esa ciudad estadounidense el 4 de mayo de 1886, fue el origen del explosivo de la organización de obreros y empleados que exigían demandas de justicia social.
La historia indica que tres días antes los trabajadores de la Federación de Sindicatos Organizados y Uniones Laborales de Estados Unidos y Canadá le dieron vuelo a una huelga en demanda de 8 horas diarias de laburo, 8 horas de reposo e ídem número de horas de recreación, reivindicaciones que tuvieron su antecedente en 1836, cuando se produjo la primera huelga declarada por los carpinteros de Filadelfia.
En la Plaza Haymarker la tole tole se desencadenó cuando caldeados trabajadores demandaban mejorías en sus salarios, reconocimiento de sus entidades, sufragio universal, y, más que nada, el establecimiento de ocho horas de pega al día.
Ochenta muertos y cientos de heridos fue el trágico saldo de la arremetida policial. Un juicio que la historia considera como bastante extraño e injusto, derivó en la condena a la horca para los mencionados líderes obreros, de un movimiento conformado más que nada por operarios de fábricas textiles. Parsons, Spies, Fischer y Engel fueron ejecutados en la Plaza Haymarker después que los apresaran junto a otros cuatro guaripolas de los trabajadores. Spies estaba a punto de lanzar un encendido discurso ante la muchedumbre, lo que no alcanzó a hacer por la llegada de un contingente de alrededor de 80 policías.
En medio de la trifulca vino un bombazo, que abatió a un guardia y a varios obreros. Les echaron la culpa a los promotores de la concentración, que perdieron la vida, pero posteriormente fueron reivindicados cuando la jefatura policial a cargo de frenar el acto confesó que el artefacto explosivo no salió de los dirigentes, y que se urdió meterlos en el baile, con la chiva de su culpabilidad.
Para remachar la inocencia de los sindicalistas, el procurador del juicio afirmó que un desconocido fue utilizado para el bombazo.