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Ver la versión completa : Diario de viaje. Tomo III.



Lance
04/02/2006, 21:38
Anochecía en los montes al Oeste de las tierras de Aden, cuando la arquera lanza su última flecha contra su blanco. Agitada, no logra atinar asi que decide tirar el arco al piso, sacar su daga de su cinturon y con un certero golpe la clava en el corazón del Harlinga que estaba enfrentando.
Casi sin aliento, recoje su arco y sube a un árbol de la zona.
Es increible, estos paisajes siempre logran ponerme nostálgica. Pero bien, debo seguir con mi historia.
Lancine saca de su mochila un viejo libro, gastado por el uso y maltratado por los elementos.
Al verlo, ojea algunas páginas y trata de organizar el relato de su viaje
Bien, ya escribí sobre mi aburrida niñes en la villa élfica, similar a la de todos aquellos que buscan convertirse en guerreros. Pero creo que debo continuar desde el comienzo de mi entrenamiento como arquera...
Veamos... luego de convertirme en una exploradora, tomé el cxamino Oeste de la ciudad de Gludio y emprendí mi viaje hacia Dion.
Allí me enteré de la existencia de este antiguo lugar de ejecuciones donde el mal se había poseído de los cuerpos de los cadaveres, y supe que tenía que ir a saber de que se trataba.
En este páramo, comprendí que no era la única que había sentido la llamada a actuar ante estas situaciones que habían dejado a nuestro mundo hundido en el caos y la maldad, y supe al instante que no estaría sola en la batalla.
Cuando superé esta situación, continué el viaje siguiendo rumbo oeste, ya que nunca me confié en eso que la lengua humana llama "Gatekeeper". Prefiero correr, para eso dios me ha dado mi velocidad.
Al llegar a la ciudad de Giran, quede impresionada por la cantidad de viajeros que allí se encontraban. Admiraba como todos los seres, de todas las razas, discutian, charlaban y comerciaban en un ambiente neutral; dejando atrás sus diferencias y las historias de los suyos.
Una tarde concocí a un Drow llamado G4mbit. Él me conto las historias de su pueblo y me ayudó a dejar atrás todos los prejuicios que había adquirido cuando niña en la Villa. Con el tiempo, incluso aprendí a quererlo como se quiere a un hermano.
En esa ciudad también pude admirar el poder de los elementos que componen al mundo, y como hay algunos que saben usar estos elementos en batalla.

En ese momento, lancine escucha unos ruidos y deja su pluma un segundo
Estoy segura que escuché algo, pero sin darme cuenta ha llegado la noche y mis sentidos cansados ya no estan tan atentos... Creo que lo mejor será de escribir por hoy.
Pero esta noche debo viajar a Heine, por eso será mejor que termine
Donde estaba... ah, si. Esos "maguetes"
y no solo hay quienes pueden controlar los elementos, sino que también están aquellos que pueden convocar a este mundo creaturas y hacerlas actuar bajo sus dominios. algo que jamas hubiera imaginado.
También tuve la oportunidad de conocer en Giran a un hermano elfo que me educó como a su hija. Nunca supe su nombre, pero si se que es el jefe de los arqueros del reino de Oren y que los humanos, en su lengua extraña, lo llaman "OneShot".
Él me mostró lugares a los que sólo había viajado en mi imaginación. Con él recorrí los verdes campos de Oren y tomé el valor suficiente para ascender a la Torre de la Insolencia.
Pero así como estos (y tantos otros) que han estado a mi lado en mi viaje, he econtrado gente en el mundo que sólo está allí para hacer el mal y conseguir poder. Se agrupan y estás orgullosos de ser asesinos o ladrones, y se organizan entre sí en tribus tan salvajes que puedo compararlos con Orcos Breka.


En ese momento los sonidos se incrementan y Lancine cierra su libro y baja de su árbol.
En el suelo ve la bestia que corre hacia ella e instintivamente toma su arco, inutilmente porque recuerda en ese mismo momento que se le han terminado las flechas.
Atina a sacar su daga de su cinturon, pero no la encuentra. Así advierte que la ha extraviado en alguna parte, pero es tarde para buscarla. La bestia, con su aliento apestoso y sus colmillos chorreantes de saliva, hambrientos y rabiosos están a su lado.
Y allí están, la bella y la bestia cara a cara.