kewa
24/10/2008, 14:01
Bueno gente, acá les tengo un relato de "mi pj" en la vida real de ficción (porque la vida y el ele dos son como la matrics), empezó con una idea mientras esperaba que hirviera el agua para los fideos y la cosa es que se extendió más de lo previsto... y no llegué a esa idea T_T.
Bue, sin dar más vueltas:
Resulta que el otro día estaba matando bichines con kewa, el pj que uso en el servidor Ares x5 (listo, ahora no me dicen que va en general), cuando sin ningún tipo de anuncio previo y en forma completamente inesperada suena el teléfono.
Yo estaba en varka dándoles masa a las cabras esas que tienen el cancel enchanteado +12 (te sacan 12 buff más de lo normal) y también cada tanto les pinta mandarte un silence de sopetón, por lo que la situación era extremadamente complicada, sobre todo porque la mesita del teléfono me queda un tanto lejos de la pc (no tengo manera de alcanzar el teclado, el mouse y el teléfono al mismo tiempo, ni hablar de estar mirando el monitor).
Es en estos momentos donde aflora la picardía, la creatividad humana, la capacidad de resolver problemas bajo tensión y a contra reloj gracias a que la adrenalina alimenta nuestro cerebro, el mismo que el vicio se encarga de atrofiar, y logré salir airoso del aprieto: le pedí a un amigo que justo estaba en casa que me alcanzara un escobillón, con el cual embestí la mesita del teléfono al mismo tiempo que empezaba a usar el drain del ol porque se me estaba complicando y el adminículo (solo para sonar inteligente, qué palabra copada) rodó hacia mi lado. Esos dejes de creatividad son los que a uno lo llevan a contestar con un sobrio “Alo?” mientras una sonrisa se nos dibuja en la cara de oreja a oreja, como cuando nos cae un buen drop, más aún si es de un guacho que nos quería hacer dropear a nosotros mientras mobeábamos.
Y allí estaba, entonces, cargándome mp mientras intentaba procesar lo que alguien me estaba diciendo desde una locación remota a través de aquel maravilloso dispositivo que tanto nos ha esclavizado, y llegué a la conclusión de que no me estaban hablando en criollo, era portugués. La explicación que le encontré en el momento fue que probablemente buscando laburo había dejado mis datos en alguna página medio dudosa, o en una que no fuera dudosa pero que le mandé que me podía radicar en capital, en el interior, en Bangladesh o en la Antártida (“total una vez que te llaman se negocia”, como se suele decir). Fundamentos más o menos igualmente sólidos fueron seguramente los que me llevaron a poner que hablaba portugués fluido, o sea, soy argentino, y los argentinos hablamos todos portugués (y un toque de francés y tano) de nacimiento (que le agregás un par de “iños” e “iñas” al final a un par de palabras que te suenen bien, que decís “eu” con más frecuencia de lo habitual, que garoto, que garotiña, que pelé y el fuchibol… ya está, todos hablamos portugués, no vengan con pavadas).
No voy a reproducir la conversación telefónica porque, si bien hablo portugués fluido, no lo sé escribir, pero el resúmen sería que buscaban a otra persona y llamaban para arreglar un pasaje a algún lugar de Brasil que no entendí y me pareció que dijeron algo de “todo pago” y “dos semanas”, por lo cual automáticamente metí subclase de Enrique Silva do Santos, di una dirección de mail y al toque me llegaron direcciones, horarios y números de teléfono en portugués que los entendí bárbaro (capaz también esté aprendiendo a leer y escribir portugués, qué copado).
La cosa es que tenía dos semanas para meterme en el personaje, averiguar todo lo que pudiera de él de modo de asegurarme que las 2 semanas con todo pago en Brasil aprovechando el sol del veranito (en Brasil es verano 11 meses y medio al año) no se transformaran en 3 meses a la sombra con el primo del negro de Daredevil de compañero de cuarto. Lo primero que se me ocurrió fue poner “Enrique Silva do Santos” en el guuguel, ya se que es medio animal, pero como primer acercamiento está bastante bien: de los 34.254.568 de resultados obtenidos tenía que descartar 34.254.567 y listo, como el inventario después de ir a una cata de lvl alto, que se te llena de libros que en la *uta vida vas a usar y con suerte encontrás una o dos cosas útiles. La importancia de este punto radica en una de las pocas diferencias que existen entre el L2 y la vida real, en el L2 podemos ser varias personas en una, por ejemplo, podés ser veterinario, bailarín, obispo y tener pinta de una nena de 12 años con un color de pelo que Pink todavía no se anima a probar. En la vida real no siempre se puede, en este caso en particular no podía ser quique y yo al mismo tiempo.
Para comenzar a acotar la búsqueda agregué un parámetro “-XXX”, milagrosamente quedaron 127 resultados, y en ninguno figuraba ningún Enrique Silva do Santos. Esto produjo una asociación inmediata en mi mente entre el filtro utilizado y “mi nuevo nombre”, la cual me intrigó un poco y me imaginé con el pelo negro largo, cruzando los brazos sobre mi pecho diciendo “eu qué pretendinho voce de eu?”, pero lo descarté, esto debía haber sucedido solamente porque el guuguel anda como el server un finde de asedio.
Después, para seguir con mi investigación, me puse a buscar fotos de tipos de Brasil, como para pegar una falsificada de documento medio potable, y descubrí que pasa lo mismo que en el L2: Talking, con los humanos, está al sur, que vendríamos a ser nosotros los argentinos, y elven y dark elven village más al norte, que vendrían a ser los brasileros (los orcos serían los fumancheros jamaiquinos y los enanos unos chinos bizarros, en el *ulo del mundo, no por pinta de chinos, sino por bizarros y por vivir en una baldoza fabricando huevadas que después nos las cobran carísimas y ellos las hacen con restos de bichos que nosotros les vendemos re baratos).
La cosa es que todos los brasileros son o negros mal (pero mal de bien, no de mal, o sea que sería como haber dicho bien negros) o rubios de ojos claros, por lo tanto podemos decir que en promedio somos iguales a ellos, que es lo que importa porque no hay que discriminar (ni siquiera a los enanos, por más que vivan lejos y dediquen su vida a planear cómo jodernos la nuestra). La encrucijada era evidente, cómo sería mi nueva identidad? Yo, como argentino promedio que soy, ni me fundo en la noche cual pantera al acecho ni tampoco soy como un suizo que nunca salió de una catacumba, me sentía como Michael Jackson, o como una mochi, que son la misma cosa pero al revés, porque Michael Jackson empezó negro y terminó blanco, y la mochi empieza blanca y termina negra, pero los dos cantan y bailan (aunque no sé si las mochis tendrán algún gusto en particular por las enanas.. bue, eso no nos compete ahora).
Espero no haber herido la sensibilidad de ningún jamaiquino, no fue la intención. Si tiene buena repercusión en algún momento la sigo. Si no gracias de todos modos por tomarse la molestia de leer xD.
Bue, sin dar más vueltas:
Resulta que el otro día estaba matando bichines con kewa, el pj que uso en el servidor Ares x5 (listo, ahora no me dicen que va en general), cuando sin ningún tipo de anuncio previo y en forma completamente inesperada suena el teléfono.
Yo estaba en varka dándoles masa a las cabras esas que tienen el cancel enchanteado +12 (te sacan 12 buff más de lo normal) y también cada tanto les pinta mandarte un silence de sopetón, por lo que la situación era extremadamente complicada, sobre todo porque la mesita del teléfono me queda un tanto lejos de la pc (no tengo manera de alcanzar el teclado, el mouse y el teléfono al mismo tiempo, ni hablar de estar mirando el monitor).
Es en estos momentos donde aflora la picardía, la creatividad humana, la capacidad de resolver problemas bajo tensión y a contra reloj gracias a que la adrenalina alimenta nuestro cerebro, el mismo que el vicio se encarga de atrofiar, y logré salir airoso del aprieto: le pedí a un amigo que justo estaba en casa que me alcanzara un escobillón, con el cual embestí la mesita del teléfono al mismo tiempo que empezaba a usar el drain del ol porque se me estaba complicando y el adminículo (solo para sonar inteligente, qué palabra copada) rodó hacia mi lado. Esos dejes de creatividad son los que a uno lo llevan a contestar con un sobrio “Alo?” mientras una sonrisa se nos dibuja en la cara de oreja a oreja, como cuando nos cae un buen drop, más aún si es de un guacho que nos quería hacer dropear a nosotros mientras mobeábamos.
Y allí estaba, entonces, cargándome mp mientras intentaba procesar lo que alguien me estaba diciendo desde una locación remota a través de aquel maravilloso dispositivo que tanto nos ha esclavizado, y llegué a la conclusión de que no me estaban hablando en criollo, era portugués. La explicación que le encontré en el momento fue que probablemente buscando laburo había dejado mis datos en alguna página medio dudosa, o en una que no fuera dudosa pero que le mandé que me podía radicar en capital, en el interior, en Bangladesh o en la Antártida (“total una vez que te llaman se negocia”, como se suele decir). Fundamentos más o menos igualmente sólidos fueron seguramente los que me llevaron a poner que hablaba portugués fluido, o sea, soy argentino, y los argentinos hablamos todos portugués (y un toque de francés y tano) de nacimiento (que le agregás un par de “iños” e “iñas” al final a un par de palabras que te suenen bien, que decís “eu” con más frecuencia de lo habitual, que garoto, que garotiña, que pelé y el fuchibol… ya está, todos hablamos portugués, no vengan con pavadas).
No voy a reproducir la conversación telefónica porque, si bien hablo portugués fluido, no lo sé escribir, pero el resúmen sería que buscaban a otra persona y llamaban para arreglar un pasaje a algún lugar de Brasil que no entendí y me pareció que dijeron algo de “todo pago” y “dos semanas”, por lo cual automáticamente metí subclase de Enrique Silva do Santos, di una dirección de mail y al toque me llegaron direcciones, horarios y números de teléfono en portugués que los entendí bárbaro (capaz también esté aprendiendo a leer y escribir portugués, qué copado).
La cosa es que tenía dos semanas para meterme en el personaje, averiguar todo lo que pudiera de él de modo de asegurarme que las 2 semanas con todo pago en Brasil aprovechando el sol del veranito (en Brasil es verano 11 meses y medio al año) no se transformaran en 3 meses a la sombra con el primo del negro de Daredevil de compañero de cuarto. Lo primero que se me ocurrió fue poner “Enrique Silva do Santos” en el guuguel, ya se que es medio animal, pero como primer acercamiento está bastante bien: de los 34.254.568 de resultados obtenidos tenía que descartar 34.254.567 y listo, como el inventario después de ir a una cata de lvl alto, que se te llena de libros que en la *uta vida vas a usar y con suerte encontrás una o dos cosas útiles. La importancia de este punto radica en una de las pocas diferencias que existen entre el L2 y la vida real, en el L2 podemos ser varias personas en una, por ejemplo, podés ser veterinario, bailarín, obispo y tener pinta de una nena de 12 años con un color de pelo que Pink todavía no se anima a probar. En la vida real no siempre se puede, en este caso en particular no podía ser quique y yo al mismo tiempo.
Para comenzar a acotar la búsqueda agregué un parámetro “-XXX”, milagrosamente quedaron 127 resultados, y en ninguno figuraba ningún Enrique Silva do Santos. Esto produjo una asociación inmediata en mi mente entre el filtro utilizado y “mi nuevo nombre”, la cual me intrigó un poco y me imaginé con el pelo negro largo, cruzando los brazos sobre mi pecho diciendo “eu qué pretendinho voce de eu?”, pero lo descarté, esto debía haber sucedido solamente porque el guuguel anda como el server un finde de asedio.
Después, para seguir con mi investigación, me puse a buscar fotos de tipos de Brasil, como para pegar una falsificada de documento medio potable, y descubrí que pasa lo mismo que en el L2: Talking, con los humanos, está al sur, que vendríamos a ser nosotros los argentinos, y elven y dark elven village más al norte, que vendrían a ser los brasileros (los orcos serían los fumancheros jamaiquinos y los enanos unos chinos bizarros, en el *ulo del mundo, no por pinta de chinos, sino por bizarros y por vivir en una baldoza fabricando huevadas que después nos las cobran carísimas y ellos las hacen con restos de bichos que nosotros les vendemos re baratos).
La cosa es que todos los brasileros son o negros mal (pero mal de bien, no de mal, o sea que sería como haber dicho bien negros) o rubios de ojos claros, por lo tanto podemos decir que en promedio somos iguales a ellos, que es lo que importa porque no hay que discriminar (ni siquiera a los enanos, por más que vivan lejos y dediquen su vida a planear cómo jodernos la nuestra). La encrucijada era evidente, cómo sería mi nueva identidad? Yo, como argentino promedio que soy, ni me fundo en la noche cual pantera al acecho ni tampoco soy como un suizo que nunca salió de una catacumba, me sentía como Michael Jackson, o como una mochi, que son la misma cosa pero al revés, porque Michael Jackson empezó negro y terminó blanco, y la mochi empieza blanca y termina negra, pero los dos cantan y bailan (aunque no sé si las mochis tendrán algún gusto en particular por las enanas.. bue, eso no nos compete ahora).
Espero no haber herido la sensibilidad de ningún jamaiquino, no fue la intención. Si tiene buena repercusión en algún momento la sigo. Si no gracias de todos modos por tomarse la molestia de leer xD.