PDA

Ver la versión completa : Una Historia Caps I- Iii (ilustrada)



bellaswan
11/07/2009, 23:24
Ariel, deber y destino

-Prologo-
1º de abril señalaba el calendario, recordando el cumpleaños número 16 de Ariel y con él marcando su salida de la oculta Villa de los Elfos Oscuros, era la hora de cumplir con su destino y con las expectativas de todos los miembros del consejo: debía acudir a la escuela de artes oscuras para convertirse en la digna heredera del Gran Thifiel, descendiente del linaje sagrado de Shillien, legítimos líderes de su raza.
Descendió las escaleras, vistiendo por primera vez sus ropas de aprendiz, y se dirigió al Templo a despedirse de su amado padre. No le pesaba cumplir con sus obligaciones, era una adolescente responsable y consciente, increíblemente madura para su edad, pero su anciano Padre siempre había sido su única debilidad… habían sido solo ellos dos desde la temprana partida de su madre, siendo Ariel una pequeña niña, y su corazón se quebraba de tristeza de sólo pensar en el momento de la despedida, consciente de que una vez que atravesara las puertas de la Villa no lo vería en mucho tiempo.
Subió las escaleras del elevado Templo y allí le esperaba todo el Consejo, con sus vestimentas ceremoniales.
Ariel, el día ha llegado, es momento de cumplir con tu Destino- exclamó Vellior, mano derecha de su padre.
¿Aceptas este Legado por tu propia voluntad, comprendiendo plenamente a lo que te enfrentarás?- Preguntó su Padre cumpliendo con las formalidades que imponía su tradición.
La acepto dichosa y consciente, seré la mejor guerrera que jamás se haya visto, y volveré preparada para convertirme en la sucesora que mi Padre merece- Respondió con voz fuerte y decidida, y luego levantó su mirada y buscó los ojos de su Padre- Jamás te defraudaré, Padre.
Perdió su postura y rompiendo todas las reglas abrazó a su Padre con fuerza ante las miradas de reprobación de Vellior, Kaitar y Talloth, lo cual no la molestaba en lo mas mínimo; nunca le habían caído bien, y toda la vida le habían reprochado el haber nacido mujer y única hija del Líder, una idea que jamás aceptarían si no fuera su deber acatar las órdenes de su Rey.
-Lo único que me entristece es separarme de ti Padre, ¿Quién te cuidará ahora?- susurró en los Oídos del anciano, el cual contenía sus lágrimas y abrazaba con fuerzas el pequeño cuerpo de su hija.
-Es nuestro Deber, mi pequeña Ariel, ve y sé la mejor de todos, demuéstrales la sangre que corre por tus venas, y serás capaz de superar a cualquier guerrero de Shillien- le contestó su Padre, y mirando a los reticentes miembros de su consejo exclamó- Inclusive a cualquiera de los hombres.
Acto seguido sacó de su bolsillo un refulgente anillo e insertó los delgados dedos de Ariel en su interior, brotando en la joven receptora las incontenibles lágrimas al reconocer la imponente y brillante joya de su madre en sus manos.
-Estas preparada, es hora de elegir tu camino como Mujer de esta familia, dirígete hacia Magister Harne para que te dé su bendición como aprendiz de Mística- ordenó el Líder Thifiell.
-Discúlpame Padre, pero necesito tu autorización para hablar con Master Trudy, he decidido ser Palus Knight para llegar algún día a ser la mejor Blade Dancer que ha liderado las tropas Elficas- insistió ante la reprobación de los miembros del Consejo.
-Jamás una heredera de Shillien ha sido un Guerrero, no puedes permitirlo Thifiell, o jamás será capaz de dominar las Shadows cuando el momento de tu muerte llegue y reciba tus dones- Dijo Kaitar dirigiéndose a Thifiell y con manifiesto desagrado ante el pedido de Ariel.
-Mi hija ha elegido, y su carga ya es demasiado pesada como para impedirle la libre elección de ser un guerrero; sin embargo hija, estas en la obligación de aprender las artes místicas Oscuras para ser capaz de Dominar a las Shadows cuando la hora llegue… ¿estas dispuesta a doblar tu esfuerzo y aprender ambas profesiones?- preguntó el líder Thifiell con determinación a Ariel, deseando que reconsidere la situación, y seguidamente agregó- Si tu alma no es formada en la Mística, las sombras consumirán tu consciencia y no serás capaz de dominarlas, te perderás en la Oscuridad y tu mente será dominada, siguiendo los pasos de Lilith y perdiendo tu propio ser convirtiéndote en esclava de las Sombras.
-Soy consciente de las consecuencias y del esfuerzo que haré, pero mi deseo por las armas es tan fuerte que estoy dispuesta a aprender ambas profesiones- aceptó la determinada Ariel, y mirando a los incrédulos miembros del Consejo exclamó- Después de todo, lo llevo en la sangre- regodeándose de las incrédulas expresiones de sus superiores.
-Bien dicho - interrumpió Magister Harne con su dulce voz junto a Master Trudy, acercándose ambas a ella para darle su bendición, a lo cual respondió Ariel arrodillándose y agachando su cabeza para recibir sus bendiciones.
- Después de todo, siempre has sido muy Obstinada, estoy segura que lo lograrás- dijo Master Trudy en un tono cómplice y burlón, deseando que su exclamación irritara aún más a los disgustados ancianos.
Ariel se alejó bajando los interminables escalones del Templo, convencida que lograría su cometido, uniéndose a los 5 aprendices que esperaban en la salida de la villa, emprendiendo el viaje hacia la escuela de Artes Oscuras adentrándose en el Bosque de Las Sombras junto a sus futuros compañeros de armas.



Capítulo I- Escuela de Artes Oscuras-

Nueva Vida

El sol encegueció a los jóvenes aprendices con un fulgor resplandeciente, obligándolos a cerrar los ojos y detenerse por un momento.
-¡¡¡Jamás pensé que doliera tanto!!!!- exclamó con un grito Tefnut, la pequeña hija de Kaitar; era una joven aprendiz Mística que aspiraba a cumplir con las expectativas de su célebre y estricto Padre.
-Deja de llorar niña!- La reprendió Kierard, su apuesto hermano gemelo, intentando ocultar la debilidad de su hermana ante el resto de sus compañeros.
Ariel se acercó a la pequeña maga y le cubrió los ojos, protegiéndola del inclemente resplandor, y volteando hacia el joven gemelo contestó- Jamás hemos salido a la superficie, es nuestra primera experiencia con la luz, te ordeno que seas más comprensivo con tu frágil hermana, ¿escapa de el mal humor de tu Padre y tú la obligarás a lidiar con el tuyo?- y al decir esto miró fijamente a los ojos negros y altaneros del muchacho, desafiante y con el fulgor de una pantera.
-Mi Padre tenía razón cuando me habló de ti, eres un caso perdido, ¿una mujer que le habla así a un hombre?, recuerda que aún no estoy obligado a obedecerte, ¡gracias a Dios no tendré que lidiar contigo en la Escuela!- y al decir esto se enfrentó a la joven Princesa de un modo que nadie jamás lo había hecho, ni siquiera el anciano y malhumorado Kaitar. Acto seguido comenzó a correr por el sendero junto a su inseparable Kahel, dejando en el camino a las muchachas.
-¡Mala suerte esta vez Kierard, porque seré una aprendiz guerrera, y me convertiré en Palus Knight!- gritó con fuerza la enfurecida Ariel, provocando las miradas incrédulas de el resto de los aprendices, y la contestación burlona de Kierard.
-¡Mejor, así tendré excusa para darte el trato que te mereces!, jamás me superarás aunque seas la joven hija de Thifiell; EN LA ESCUELA SERAS UNA SIMPLE APRENDIZ Y TENDRE MI OPORTUNIDAD DE ENSEÑARTE A LIDIAR CON UN VERDADERO GUERRERO.-
Las palabras del insolente Kierard provocaron su Ira Real, ¿quién se creía que era? ¿Con quien creía que trataba?; le enseñaría una lección, a Él, a Kaitar, a Vellior, a Talloth, a todos…
-Mi hermano es el ser mas desagradable y presumido que ha nacido en la Villa, después de mi Padre, está muy claro- le dijo la frágil Tefnut con la voz más dulce que Ariel había oído jamás, apoyando su pequeña mano en su hombro para calmarla. Increíblemente lo logró, aquietando el humor de la Princesa y quitándose la mano de Ariel del rostro- Seremos amigas desde hoy, lo sé, lo he visto en mis sueños!!!- le contestó, sorprendiéndola.
-Veo que no soy la única extraña de la clase de este año- dijo Ariel devolviendo una mirada afectuosa, y sintiendo en su corazón que la predicción de Tefnut se haría realidad. Sentía que su deber serías protegerla de todos, principalmente de su hermano y su Padre.
Comenzaron a andar solas por el sendero, dejando correr a los tres hombres que habían abandonado la Villa junto a ellas, caminando y admirando, con los ojos aún dolientes la hermosura del bosque bajo los reflejos dorados del Sol.
-Estoy destinada a morir, ¿lo sabías?- inquirió la pequeña Tefnut, provocando nuevamente la sorpresa en las armónicas facciones de Ariel.
-¡No digas tonterías, niña!- reprendió la Princesa, casi ordenando a la diminuta Elfa que sacara esas ideas de su mente, mirándola con reprobación- “¡esta niña sí que está loca!”- pensó Ariel, provocando una sonora carcajada en Tefnut.
-No estoy loca Princesa, y sí, también puedo leer los pensamientos- respondió, con una madurez que no encajaba con esa dulce y aniñada voz, y con ese infantil rostro que ahora miraba a Ariel seria y guardando una tristeza que solo era delatada por sus Negros ojos tristes, que increíblemente recordaban a los de Kaitar.- Pocos Elfos creen en la maldición de los gemelos, pero mi debilidad es prueba de que existe y es verdad; nosotros los Elfos Oscuros en principio fuimos parte de la tribu de los Elfos de la Luz, pero al ser expulsados hemos sido malditos por manipular la Magia Oscura con toda clase de debilidades: como ser sensibles a la luz del mundo exterior razón por la cual comenzamos a enfrentarlo cuando nuestros cuerpos adquieren la fuerza para resistirlo, ser menos longevos que nuestros ascendientes Elfos claros, mas lentos…- siguió relatando Tefnut cual maestra de Historia, ante el rostro impávido de Ariel, a la cual se le habían ocultado estas realidades, al igual que muchas otras cosas, por el afán sobreprotector de Thifiell.
- No lo culpes, Ariel- respondió la comprensiva Tefnut contestando a los pensamientos de su reciente nueva amiga real – El solo quería preservarte, evitándote nuevas decepciones que tendrías tiempo de descubrir cuando maduraras, ojalá mi Padre lo hubiera hecho conmigo, así hubiera sido una niña mas feliz- al momento de exclamar la ultima frase la tristeza de la joven aprendiz Mística borró el enojo de Ariel, brotando en ella el instinto maternal y abrazando a Tefnut con todas sus fuerzas.
-Jamás serás dañada mientras esté cerca Tefnut, nadie te hará daño mientras viva- exclamó la Princesa, sintiendo como la pequeña se apartaba de sus brazos y la miraba con sus enormes ojos negros, dedicándole una sonrisa cálida.
-Es mi destino, moriré joven pero cumpliré mi misión, me uniré a mi hermano y lo haré invencible – sonrió una vez mas y exclamó- No reniego de eso, así debe ser- terminó la frase y siguió caminando para cortar ese triste momento; Ariel la alcanzó en un parpadeo y la tomó de la mano.
-Siempre desee una pequeña hermana, al fin puedo tenerla- miró a Tefnut y preguntó alegremente- ¿te gustaría serlo?.
Tefnut le respondió con un gesto afirmativo y los ojos centellantes, siguiendo el camino, ya solas en el bosque se adentraron a las matas fantasmales, donde seguramente los demás esperaban.
-¿Quieres que finalice las historia?- le preguntó a Ariel, sabiendo que esta se moría de inquietud por preguntarlo, y escuchando sus pensamientos que respondían a gritos “¡¡Sí!!” ante lo cual continuó –Sabes de donde proviene nuestra fortaleza?, de la Oscuridad misma, nuestros antepasados, exiliados y débiles siguieron perfeccionando las Artes Oscuras, llegando a un nivel total de asimilación con estas, de modo tal que la oscuridad se hizo parte de cada Elfo Oscuro, alojándose junto a su alma, saneando así nuestro castigo y fortaleciéndonos, otorgándonos mayor fuerza, destreza, el dominio del viento, y a nuestros líderes dándoles el privilegio de compartir sus sufrimientos con Los demonios de las sombras haciéndolos mas resistentes en la batalla, pero eso ya lo sabías, ¿No?- inquirió terminando sus frase, cerrando la pequeña lección de Historia.
Ariel sonrió y preguntó – ¿Y que hay sobre eso de ser gemelos?- pero inmediatamente percibió que la tristeza volvía al rostro de Tefnut, la cual respondió en tono bromista- ¡Eso es para la próxima lección amiga!- guiñando un ojo y provocando una sonrisa en el rostro de Ariel, la cual acababa de percatarse que habían llegado a la escuela donde los demás esperaban, y allí comprendió que era el comienzo de una nueva etapa en su vida, de misterios develados, de desafíos peligrosos, de nuevos afectos; pero esto no la perturbó, la llenó de emoción.
Quería vivirlos…






Capitulo II-

MAMA
Desde su llegada a la academia nada había sido como Ariel esperaba, le estaba costando acostumbrarse a seguir órdenes que no sean las de su Padre, y por sobre todas las cosas odiaba ser “una más”… el disgusto la percató de lo caprichosa y malcriada que era, siempre acostumbrada a tener sirvientes y a desautorizar a cualquiera que no fuera Thifiell. Lo único que la ayudaba a resistir este ritmo de “doble tarea” en ambas academias (la de magia y el campo de entrenamiento de guerreros) era su ahora inseparable amiga Tefnut, había llegado a encariñarse con esa frágil y adorable joven, que le brindaba paz cuando mas lo necesitaba.
Paradójicamente, y directamente proporcional eran los problemas que le traía el gemelo de su amiga, Kierard, el cual le resultaba simplemente IN-SO-POR-TA-BLE; su rivalidad iba en aumento conforme pasaba el tiempo, y para fastidio de Ariel, era el mejor con la Espada, tanto que el enorme ego de la Princesa se veía mancillado cada vez que debía enfrentarse a El, justificando a todos que ella estaba en desventaja porque cumplía los dos turnos y no descansaba lo suficiente (deseando interiormente creer en sus excusas). “¿Porqué tenía que ser El?, ese grosero y prepotente Kierard, algún día me las pagará!”.
Pasó un año desde ese 1º de abril en que habían abandonado la Villa, y las habilidades de los 5 adolescentes Elfos que acompañaron a Ariel ese día habían salido a la luz rápidamente, demostrando las variadas facetas características de su raza.
Tefnut, contra todos los pronósticos, demostró una fortaleza mental sin antecedentes, dominando su fuerza mágica mejor que cualquiera, esforzándose al máximo por el privilegio de asistir a Ariel y a su hermano en las batallas, aspirando a convertirse en una poderosa Shillien Elder.
Kierard era el más habilidoso con la Espada, dejando atrás inclusive a sus maestros (cosa que llenaba de envidia a la susceptible Ariel), dato que se encargaba de exhaltar cada vez que se percataba de la presencia de la Princesa.
Khael era el más paciente de todos, pero no el más fuerte, por lo que Master Trudy recomendó que se convierta en Phantom Ranger, sería mas útil cuidando la retaguardia que al frente de la tropa.
Atina era la 3er muchacha del grupo, y al igual que Tefnut estaba en la Academia de Magia, pero no tenía la concentración de la pequeña hija de Kaitar, contando por el contrario con un agresivo dominio del viento, ante lo cual fue moldeada sin dudarlo en el poder del viento para convertirse en Spellhowler.
Ariel no era fuerte como Kierard, pero lo compensaba en habilidad con espadas duales y rapidez, y por su formación en la Academia de Magia no tuvo inconvenientes en aprender las danzas de ataque, se convertiría en la pieza fundamental del grupo de combate, y sumado a la habilidad del dominio de los demonios de las sombras que serían legados por su padre, sería una guerrera imbatible (para fastidio de Kierard, el cual tenía igual rechazo por la Princesa que el que provocaba en ella).
Una noche, luego de clases Ariel salió a patrullar los alrededores de la escuela junto a Tefnut, cuestión que se delegaba a los alumnos por turnos como entrenamiento para sus noches en los campamentos del escuadrón Elfo.
Observando la reluciente Luna, Tefnut preguntó a su ya inseparable amiga Ariel- ¿Tu Padre es un mago, cierto?- mirando con curiosidad a la Princesa esperando su respuesta.
-El mejor de todos, como toda su ascendencia- respondió Ariel , demostrando en sus palabras el orgullo que sentía por Thifiell- y haciendo un burlón gesto de exagerada importancia- ¡Pero eso ya lo sabes!, ¿qué es lo que quieres preguntar?, recuerda que yo no leo los pensamientos como tu-.
- ¿Porqué eres tan hábil con las duales?, eso no puede ser coincidencia, todos tenemos profesiones idénticas a la de nuestros padres, porque heredamos sus habilidades- preguntó la curiosa Elfa, esperando que Ariel respondiera.
-Yo también, mi madre era guerrera, del equipo de combate de mi Padre, pero eso es algo que no se menciona- contestó la joven, con el rostro reflejando una gran tristeza; “que ganas de llorar que tengo, Mamá…” pensó, olvidando que su compañera leía sus pensamientos.
-Hazlo!- ordenó Tefnut con tono autoritario –Llora por Dios!, todos lo hacen, o tiene ganas de hacerlo aveces, pero son muy cobardes para aceptarlo, incluso Kierard, o mi Padre, no pueden evitar que lo sepa- miró al triste rostro de Ariel, e intentando sacar una sonrisa exclamó- ¡Soy una maldita bruja Oscura que lee los pensamientos, solo que porque no tengo verruga y nariz prominente lo olvidan!!!!!.
Ariel soltó una involuntaria carcajada al aire, quebrando la regla del Silencio de las patrullas. Acto seguido, retomó la conversación.
-El hecho de que no se sepa lo de mi madre es que es una vergüenza para los tradicionales círculos reales, ya que mi Padre debería haberse casado con la Heredera de alguna de las familias reales, Mística, por supuesto; pero fue inevitable que se enamorara de ella, era magnética, sabes??...- y al decir esto su voz se tiño de melancolía.
-Con que eso de romper reglas es de familia, no??- interrumpió Tefnut con un tono autoritario excesivamente fingido para ser real.
-Pues sí, ella entró en la academia unos años mas tarde que mi Padre, destacándose con las duales, era grandiosa!!!!!!; eran tiempos de guerra, y sus entrenamientos eran combates reales defendiendo las fronteras del bosque Oscuro, por lo cual los aprendices fueron llamados a la batalla ante las bajas en nuestras tropas, por lo cual acudieron los alumnos mas avanzados incluído mi Padre- hizo una pausa y respiró hondo, esas historias resonaban desde niña en su mente, envidiando al anciano Thifiell por haberlas presenciado, por haber vivido tantos años junto a su Madre.
Exhaló el aire y prosiguió, ante la mirada encantada de Tefnut que escuchaba la historia acostada en la hierba, con la cabeza en la falda de Ariel, y con esta acariciando la suave y negra cabellera.
-Al ser la mejor Blade Dancer, fue convocada para compartir el grupo de batalla con mi Padre, el cual debía tener a los mejores alumnos de la academia protegiéndolo por ser el heredero Real. Durante el largo viaje no pudo dejar de observarla, sus movimientos eran los de una gacela, pero peleando se asemejaba más a un fiero felino, era impactante y, como dije antes, inevitable que se enamorara de ella- al decir esto sintió un orgullo que la colmaba, que dura carga: sus padred, los mejores, ¿alguna vez los igualaría?... no lo sabía.
- Serás la mejor, lo veo, lo sé- respondió Tefnut a los pensamientos de Ariel, confortándola – prosigue, no me cortes la historia por favor!!!- suplicó haciendo un berrinche aniñado.
-Esta bien, pero recuérdame reprenderte cuando sea Reina, eres una súbdita muy malcriada, inclusive mas que yo- se sumó a la broma la Princesa, riéndose junto a su amiga, y prosiguió su relato- Entre paradas y campamentos, se hicieron amigos, hablaron de su vida, sus deseos, sus pensamientos, y al fin mi Padre comprendía realmente lo que significaba ser una mujer en una cultura de hombres, y corroboraba que no había diferencias mas que físicas, reconsiderando sus enseñanzas tradicionalistas y formándose una nueva imagen, la de mi Madre, imagen que intentó transmitir hasta el día de hoy, aunque sólo surta efecto en mí- río una vez más, realmente le gustaba transmitir esas historias, le hacía bien sentirse cerca de su madre, aunque sea en sus historias.
- Como ya te había dicho, fue cuestión de tiempo, se enamoraron, combatieron, ganaron y regresaron, dispuestos a casarse y unirse para siempre!- hizo énfasis en esto poniendo la voz melosa y agitando las pestañas, en gesto romántico hacia Tefnut, que estaba absorta con la historia, y continuó – Obviamente, lo esperaba su prometida para casarse, era la hermana de Vellior, una joven Shillien Elder criada para entregarse a mi padre desde niña, y fue un gran escándalo!. Pero mis padre huyeron y yo nací en el bosque…vivimos allí unos años hasta que murió mi abuelo y tu padre buscó a mi familia en el bosque- esto último sorprendió a Tefnut, la cual no pudo imaginar a su Padre en ese gesto, a lo que Ariel agregó- No lo hizo de buena gana, sólo que los Demonios de las Sombras sólo pasan a los herederos de Shillien, de otro modo, serían liberados de su sello sagrado, lo cual no es recomendable, ya que sin control de un alma captora son una gran amenaza. En fin… volvimos y mi Padre ocupó el trono, junto a mi Madre por supuesto, cosa que nunca fue aceptada por el Consejo, hasta que al poco tiempo…- Ariel se detuvo y su entusiasmo cayó en un abismo, esa parte de la historia no era agradable.
-Dilo, Ariel, dilo, es lo que necesitas, debes sacarlo…- exclamó Tefnut, incorporándose y tomando la mano de su amiga con fuerza.
- Los humanos cruzaron los límites de los dominios Oscuros, mi madre patrullaba, pues jamás aceptó abandonar las tropas, sino que las lideró valientemente, y eso la mató… Los humanos le tendieron una trampa y los emboscaron, y su General mató a mi madre, llevándose sus espadas como trofeo de guerra, y abandonando su cuerpo en el bosque- al terminar el relato, lloró en los brazos de su amiga como nunca antes. Cómo la necesitaba, como la extrañaba, como ansiaba su regazo…
- Era su deber, murió como cualquier guerrero desea, luchando… cumplió con su Deber- le susurró Tefnut, tratando de calmarla.
- Al demonio con el Honor, yo la necesitaba conmigo… la odié tanto tiempo, por lastimar a Papá y a mí, pero en realidad se trataba de lo mucho que la amaba, y lo que en realidad odié fue su partida- decía entre lágrimas Ariel, acurrucándose más a Tefnut, la cual la retiró y mirándola a los ojos le dijo:
- La tendrás, tendrás tu venganza, tendrás tu batalla.
La tendría, y encontraría al asesino de su madre, al que mató su niñez, lo mataría, y recuperaría las duales de su Madre, así se le fuera la vida en ello… TENDRIA SU VENGANZA.






Capítulo III-

Caía el sol, y Ariel se preparaba para emprender el largo camino de la última marca que restaba para ser Blade Dancer, al fin luego de dos años en la Academia podría regresar a la Villa Oscura, y abrazar a su Padre después de tanto tiempo… el sólo pensar en El la llenaba de nostalgia, haría su mejor esfuerzo, regresaría con su título para unirse a las tropas Elficas.
-Ariel, asegúrate de cargar bien tu equipaje, esta marca es la más difícil de todas; deberás cruzar el territorio de Aden en busca de tus presas, las cuáles no serán oponentes fáciles de vencer- le recomendó Master Trudy, en vistas de la partida de la princesa – y también te cruzarás con otras razas, con las que deberás mostrarte amable, no queremos que se desate una guerra por tus berrinches, no? Recuerda que son tiempos de paz muy frágiles, no podemos darnos el lujo de tensar aún más las relaciones- y dijo la última frase en tono de advertencia.
- Master Trudy, no se preocupe, yo cuidaré de sus modales- exclamó una voz de niña desde la puerta de la habitación- Ya he terminado mis tres sellos, soy ya una Shillien Elder!!!- anunció Tefnut a las dos elfas que se apresuraron en felicitarla.
- No querrás ver a tu familia en vez de acompañarme??, oí que Kierard está regresando con sus tres marcas, seguro quieres ir con El- le aconsejó Ariel, con evidente fastidio a su amiga, que la miraba con una sonrisa.
- No puedo regresar sin mi hermana a la Villa, no me haría feliz- esta frase pronunciada por Tefnut le devolvió a Ariel la sonrisa y el buen humor – además, no podrás enfrentar las bestias sin tu asistente!!!, vamos… apresúrate!! Debemos volver con esa marca a la Villa!!!- diciendo esto guardó el resto de las pertenencias que yacían en la cama de Ariel y se cargó la pesada bolsa al hombro, marchándose de la habitación.
Ariel se despidió de Master Trudy con la lista de tareas que necesitaría realizar para obtener la Marca del Duelista, que finalmente culminaría su entrenamiento.
-¡Ariel, apresúrate, ven a ver lo que ha enviado tu Padre!- gritó Tefnut desde la puerta de la escuela, acelerando la partida de Ariel. Cuando llegó a la puerta se encontró con un cachorro de lobo, armado y con una nota en su lomo.
“Ariel: esta criatura es un cachorro de lobo, es mi presente para ti, ya es hora de que te encargues de su entrenamiento, pues algún día será tu transporte y compañero de batallas. Conforme vaya creciendo, también lo harán sus habilidades hasta convertirse en un Gran Lobo, guerrero incansable y amigo fiel e inseparable de su amo; puedes cargarle al lomo tu equipaje.
Cuídalo, aliméntalo, acurrúcate junto a El en tus heladas noches en los territorios de Aden, y hazlo partícipe de tus batallas, algún día será un compañero invaluable.
Regresa pronto, trae esa marca, ya te extraño. Papá”.
Tefnut estaba encantada con la criatura, lo acariciaba y El se mostraba amigable y receptivo.
Cargaron el equipaje en el lomo del animal y partieron los tres, perdiéndose en el horizonte, veloces como gacelas en busca de su aventura.
El viaje a Oren duró tres días. Agotadas, las jóvenes descansaban donde podían, tratando de no detenerse demasiado, ansiosas por la cacería y los retos que las esperaban, y animadas por la compañía de Nikko (nombre que le impuso Tefnut al cachorro, oponiéndose a la idea de Ariel que insistía en llamarlo Kierard).
Llegaron finalmente a la ciudad, haciendo una parada en el Grocery Store para reabastecerse, sin olvidarse de pasar por el Pet Manager para comprar las provisiones para Nikko.
Al encontrar al Duelista Kaien comenzaron la prueba, combatiendo las bestias más débiles en primer lugar, destrozando a todas las que podían, y con cada tarea cumplida, perfeccionando sus habilidades de pelea, dejando como últimas presas a los miembros de la colonia de la Queen Ant.
Al llegar al territorio se dirigieron al interior de los gigantescos montículos de adobe que formaban el hogar de las mortales hormigas gigantes, matando larvas en la entrada y almacenando antídoto contra el veneno de las guerreras que se encontraban en las profundidades del nido. Al avanzar en los oscuros túneles, Nikko comenzó a gruñir, en señal de alerta.
-Nikko, que pasa?, adelántate!- ordenó Ariel, y el can comenzó a perseguir el olor que lo mantenía en alerta.
-No son las hormigas, Ariel… hay alguien más aquí, puedo sentirlo…- dijo en un susurro Tefnut, clarificando la situación a su amiga.
-No te adelantes, asísteme desde la retaguardia, debes estar muy atenta- ordenó la Princesa, agazapándose antes de acercarse a la desembocadura del túnel que llevaba hacia una estancia iluminada por una antorcha de fuego, donde esperaba el pequeño Nikko, con sus patas clavadas al piso exhibiendo sus dientes frente a la amenaza.
-Maldito perro, pequeño susto nos has pegado!- exclamó una voz que venía desde el fondo de la pequeña estancia, donde Ariel no tenía visual.
-Que haces por aquí, chico? Es que te has perdido?- le dijo el Joven humano al lobo, tratando de calmarlo.
Al acercarse a Nikko, apareció una figura que obstaculizó su camino, mirándolo con fiereza y lista para la batalla exigió- Humano!, no te acerques porque me veré Obligada a luchar contigo… y tendré que matarte!- resonó burlonamente la voz de la Princesa incitando a la batalla a aquel humano.
-No si te mato primero…- replicó el humano, adoptando su posición de combate y desenvainando unas relucientes duales de su espalda.
-No hay necesidad de pelear- interrumpió Tefnut, intentando apaciguar el tenso clima hostil que se había generado en la pequeña sala, interponiéndose en medio.
-Soy Velkan, mucho gusto Elfa, cual es tu nombre?- contestó el desinhibido Humano con un tono en extremo encantador y fulminó a la agazapada Princesa con los ojos mas verdes que jamás había visto, ante el desconcierto de Ariel, que seguía en su postura desafiante, incrédula ante tal desfachatez.
-Soy Tefnut, y ella es mi amiga, Ariel- contestó, guardando sus modales y tratando de ser lo más cortes posible con el humano frente a ella.
-Gusto en conocer tan hermosas damas, dile a tu amiga que puede relajarse, ya nos estamos retirando- en ese momento abandonó las sombras una diminuta Maga humana, que les dirigió una lapidaria mirada a las Elfas.
- Hora de retirarnos Velkan, ya terminamos con nuestra tarea- fue lo único que se limitó a decir, y apoyó su mano en el hombro del joven.
-Bien, pues sigan hasta el fondo del túnel, y tomen dirección izquierda hasta la primer sala, allí encontraran las hormigas que buscan- indicó el humano, ahora muy relajado y con una sonrisa, regodeándose de la furia de Ariel, que no abandonaba su postura alerta.
-Gracias, muy gentil de su parte, veo que están tras la marca del Duelista, cierto?- respondió Tefnut, rogando en su interior que se retiren, conteniendo a su inestable amiga que se encontraba ansiosa por pelear con el agradable Velkan.
-Así es, ya terminé… Buena suerte!, Adiós!- exclamó Velkan, retirándose lentamente por el corredor.
- La suerte es para los tontos!- soltó Ariel, en un último intento por provocar la Ira en el humano, quien sonrió hasta perderse en el pasillo.
- Nunca aprenderás, cierto?- reprendió Tefnut a su incorregible amiga, que ahora calmaba cariñosamente al cachorro que aún estaba furioso, perecía una persona totalmente distinta de la que se asimilaba a una Pantera agazapada segundos antes.
- ¡Sabes como odio a los Humanos!, solo quería buscar pleito con ese niño para descargarme un poco…- contestó guiñando un ojo a la Mística, que la miraba con un gesto de reprobación.
- ¡Crece de una vez Niña!, ¡no estaré toda mi vida sacándote de apuros!- regañó nuevamente Tefnut a la desentendida Princesa, que ya había retomado el camino por el túnel seguida por Nikko, blandiendo sus duales en el frente, decidida a enfrentar a esas bestias y conseguir su marca.
Terminada su cacería regresaron donde el Duelista Kaien, con todos los elementos que les había requerido, donde este le dio las 2 listas restantes. Viajaron durante 4 días mas, recabando todos los elementos que necesitaban, enfrentando presas débiles y fuertes, pero siempre trabajando en equipo. Al terminar, regresaron a Oren, a ver nuevamente al Duelista, quien finalmente le entregó la marca.
-Al fin volveremos a casa!!!!!- dijo Tefnut, con alegría, mirando a su amiga, que no se mostraba entusiasta al respecto.
-NO se si quiero volver a casa… Crees que seré buena líder?, no estoy segura de tener lo necesario para serlo, tengo miedo de volver …- contestó Ariel mirando el horizonte.
La pequeña Mística no contestó, tomo la mano de su amiga y emprendió el camino.
Era la hora, debía cumplir con su destino, había nacido para esto, pero una extraña sensación provocaba las dudas sobre sí misma… ¿Sería capaz de dirigir a su pueblo?, No lo sabía, y esto la atormentaba… siempre se había sentido segura y sin miedo a nada, pero eso era antes, cuando lo que esperaba era la escuela, donde de antemano sabía lo que pasaría … ahora que esa etapa había finalizado, era una guerrera, y la esperaba la verdadera batalla : La vida misma, sobre la que nadie tiene seguridades, donde todo es incierto…


http://img36.imageshack.us/img36/9870/dibujo3n.jpg

lentijn
16/07/2009, 00:09
un pokiiiiito laaaaargo.......

bellaswan
21/07/2009, 15:25
un pokiiiiito laaaaargo.......

La onda es hacer una historia copada, no importa q sea larga...

muny
24/07/2009, 00:14
La onda es hacer una historia copada, no importa q sea larga...

tenes toda la razon, te felicito x la historia

segui asi q yo t seguire leyendo

Yolandoo
24/07/2009, 08:27
muy weno

nicolas32722934
26/07/2009, 10:42
ta copada :)

bellaswan
04/12/2009, 14:08
Me alegra mucho que les guste, la escribo con mucho entusiasmo, me encanta unir mi imaginacion con la historia del L2, espero que sigan leyendola, "aunq sea larga"...

Me he colgado un tiempo, pero prometo seguirla.ç

GRACIAS A LOS QUE GASTAN SU TIEMPITO EN LEERLA, ME ENCANTA COMPARTIRLA.:jump2:


Aqui les envio el capitulo IV, la continuacion de la historia, espero que les guste

Capítulo IV
REGRESO A CASA

El trío estuvo de regreso en la Villa luego de 4 días de caminar y atravesar las tierras del Reino de Aden. Nikko creció no solo en tamaño, sino en habilidades, su Padre tenía razón… sería un gran compañero; Tefnut había demostrado ser una gran asistente, y no sólo en lo que se refería a su tarea como Shillien Elder, sino que había explotado su capacidad de hablar con las personas, de relacionarse con los demás y de manejar situaciones tensas tal como lo fue el encuentro con el humano en Ant Nest.
Ariel siempre había sido una de las mejores guerreras, y lo demostró superando sin mayores dificultades las pruebas impuestas por el Duelista Kaien, pero reconocía que la comunicación no era su fuerte, tenía serios problemas de actitud y no le resultaba nada fácil dialogar con las demás razas, en especial con los Humanos… Debía superarlo, no podría ser una buena líder si aún no desterraba su rencor contra los asesinos de su madre, pero era más fuerte que ella, no estaba lista para desterrar su dolor, había formado parte de su vida desde aquel día en que vio el cuerpo inerte de su madre… No sabía como SER sin él.
Atravesaron la entrada y se encontraron con una cálida bienvenida. De pie en el centro de la Villa esperaban sus compañeros de Academia, sus Profesores, y los miembros del Consejo. Thifiell sostenía unas duales relucientes y Kaitar un set completo, esperando para ser lucido en el impactante cuerpo de Ariel…
- Bienvenidas!- exclamó Thifiell , acercándose al trío – Ariel, acércate…- ordenó, en tono formal.
La Princesa dio un paso adelante y se arrodilló ante su Padre, extendiendo sus brazos para recibir las Duales impecables que Thifiell depositó en sus manos, y dirigiéndose a todos los presentes proclamó…
- Les presento a su futura Reina, descendiente del linaje de Shillien, futura Comandante en jefe de las honorables tropas Oscuras, ha cumplido con su Deber… y está lista para la Batalla.
Ariel se puso de pié y empuño las Duales, ansiosa de luchar con ellas. Luego Kaitar se acercó y le entregó su armadura, y alejándose unos pasos, volvió a dirigirse a la Princesa- Bienvenida Señora mía!, estamos para servirle, nuestra vida le pertenece…
Estas palabras resonaron en Ariel… “nuestra vida le pertenece”… que carga enorme y pesada, ¿podría con ella? ; ya no se permitiría flaquear, era responsable por su pueblo, por sus seres amados, por el destino de su raza… su persona debía diluirse en la figura de Líder en la que se convertía, debía dejar atrás a la niña caprichosa y crecer, con todo lo que eso aparejaba.

Cuando la ceremonia acabó recibió el cariñoso abrazo de su Padre y las felicitaciones de todos sus compañeros, inclusive del distante Kierard, que se vió en la Obligación de dirigirse a ella sin demasiado agrado; odiaba tener que Obedecer a aquella mujer caprichosa y malcriada… pero no podía oponerse.
Al regresar al Templo, Thifiell y los demás miembros del consejo mandaron a llamar al recientemente congratulado equipo de batalla, con Ariel a la cabeza.
-Muchas cosas han pasado en estos años muchachos… la paz finalmente ha sido quebrada, y nos hemos visto en la Obligación de aliarnos a las fuerzas de los Orcos- Explicó Talloth a los recién llegados, ante la sorpresa de todos… ¿Orcos?, esos salvajes… ¿qué amenaza podía preocupar tanto a los Elfos Oscuros para llevarlos a aliarse con sus antiguos enemigos?. Las preguntas rondaban en la mente de todos los jóvenes.
- La amenaza Humana nos ha llevado a esta forzada Alianza, por lo que su deber será el de obedecer a sus superiores… ya sean Elfos u Orcos… La batalla es inminente, así que deben estar preparados.
- Con gusto mataré a esos cerdos humanos, lo haría aunque no fuera mi deber, son la escoria de este mundo, traidores, creados con los restos de nuestras razas, no creo que sean un problema- contestó entusiasta Kierard, con la mirada iluminada.
- Por primera vez coincidimos- exclamó Ariel, con emoción.
- Son jóvenes, deben tener cautela con los humanos, si bien en su naturaleza son inferiores hoy en día dominan las armas y las artes Oscuras tan bien como cualquiera de nosotros, no olviden que les enseñamos nuestras técnicas… Jamás subestimen al enemigo- reprendió Kaitar, reprobando las expresiones de su Hijo y Ariel.
- Por el momento se encargarán de las cuestiones periféricas, aún deben madurar en la batalla, deben convertirse en un equipo, deben luchar como uno… les encargaremos misiones especiales, a las que irán los cinco juntos, deben conocerse y complementarse… esa es la base de nuestra fuerza, somos Uno en la batalla, un cuerpo de guerra y ustedes si bien han cultivado sus habilidades no dejan de ser individuos, sería presa fácil en una batalla Real- Kaitar, con su firme voz explicó al joven grupo cuáles serían sus roles y Obligaciones en adelante.
Kierard encabezaría el equipo, cosa que enfadaba a Ariel pero la aliviaba a la vez… ese joven tenía el temple de un anciano, sería un gran líder para el equipo; la Princesa era consciente de que su temperamento no estaba preparado para enfrentar el liderazgo del grupo, que pondría en peligro las vidas de sus compañeros con su impulsividad, y se consolaba sabiendo que algún día tendría su revancha y podría ordenarle lo que se le ocurriera a aquel pretensioso Kierard.
La primer misión encomendada sería conseguir el pendiente mágico que guardaba el monstruoso Orfen antes que los humanos, no podían permitirle la más mínima ventaja en la batalla, y ya habían sido anoticiados que tenían en su poder el anillo de Baium y el de la Queen Ant. Las Joyas únicas daban gran ventaja en la batalla a sus comandantes, por lo que había que impedir que se apoderaran de todas antes que los Elfos.
El gripo saldría a la noche siguiente, Kierard había impartido el órden del grupo y las tácticas de pelea, relegando a Ariel a la retaguardia junto a Tefnut, argumentando que necesitarían las danzas de Ariel más que su habilidad de pelea. Esto la enfureció… definitivamente odiaba a ese tipo.
- No te enfades Ariel, Kierard sabe lo que hace- intentaba calmarla su padre, ya en la intimidad de los aposentos reales.
- Tienes razón!, pero no puedo tragar a ese tipo, no comprendo como puede haber compartido el vientre con Tefnut, no tienen nada en común… ¿cómo soportas a su Padre?-preguntó aún enfadada al anciano.
- Aveces hay que conocer mejor a la persona para juzgarlo Ariel, Kaitar tiene mal humor, pero ha demostrado mas lealtad hacia mí que cualquiera de los que me rodean, ha sabido ser el mejor amigo y compañero de batalla… y el mas sensato consejero en momentos en que mi temple no era el mas adecuado para tomar las decisiones correctas, el que sea malhumorado es sólo un aspecto secundario de él, aveces se trata sólo de comprender y aceptar al otro tal como es. Yo creo que Kierard se le parece mucho- y al decir esto, Thifiell esbozó una sonrisa y mirando a Ariel agregó- sólo debes darle una oportunidad, además era hora de que alguien te pusiera en tu lugar- las carcajadas brotaron de la boca del líder al observar el semblante de su hija.
- Traidor… eres un traidor, pero aún Te Amo, agradécelo- exclamó Ariel, en un principio enojada pero luego se contagió de la risa de su Padre. Amaba verlo feliz, vivía para hacerlo feliz…
- Porqué partimos mañana?, es tan poco tiempo… te extrañé demasiado Papá…- esta vez su voz denotaba tristeza, y se tendió en la gran cama donde su Padre estaba sentado, apoyó su cabeza en la falda del anciano y dejó que este le acariciara el cabello como cuando era una niña.
- A partir de ahora no se trata de lo que tu quieras o sientas, se trata de lo que debas hacer… esa es nuestra carga, debes acostumbrarte y aceptarla- al decir esto Thifiell, la Princesa cerró los ojos.
- Quédate conmigo hasta que me duerma Papá, déjame soñar que soy una niña… por última vez.
- Duerme niña, que en la mañana la Ariel mujer debe partir a su misión y debe descansar bien.
El sueño llegó inmediatamente, el cansancio y la emoción aceleraron el proceso. Esa noche vió la imagen de su Madre y su Padre, jóvenes… contándole historias; vió a su amiga ayudándola en su misión, al monstruoso Orfen apareciendo en la niebla, y de repente un par de Ojos verdes que la quemaban.
Se despertó de golpe, sudada y aturdida. ¿También debía arruinarle sus sueños ese desagradable humano?. Rogaba volverlo a encontrar y terminar lo que no pudo en el Ant Nest…
No imaginaba que esos ojos marcaban su destino…

XXXXDRACOXXXX
30/12/2009, 19:52
segui :S

iago64
31/12/2009, 09:48
Sencillamente Espectacular... hace rato no leia algo tan interesante seguila que venis bien