Kumgang
06/03/2006, 12:08
Me encontraba en una cantina en Giran bebiendo una bebida de color oscuro q quemaba mi garganta con cada trago y Thradek me habia recomendado. Muchos guerreros se encontraban a mi alrededor, y todos se distendian es esta cantina. Este era el lugar donde los guerreros le dedicaban el tiempo a su placer. A tal modo q en segundo piso de esta cantina funcionaba un protibulo donde Elfas Oscuras y Humanas se vendian asi mismas.
Me encontraba sentando en un rincón de espaldas a la puerta, tratando de no pensar en batallas, ni espadas, ni dragones, ni nada q se le parezca. Pero lo admito, se me fue imposible. Con solo la idea de q pronto se acercaria el momento de atacar me sudaban las manos. Thradek me había abandonado en las puertas de Giran, diciendome q iria a ir a Belem para contar del altar q habiamos encontrado. Seguramente volvería con la noticia de q los miembros del concilio se encontraban listos para atacar.
Una mano robusta se posó sobre mi hombro e interrumpió mis pensamientos, era el enano Xamin.
- Xamin! q haces aqui? - Le pregunté con alegría.
- Amigo Kumgang... He venido por el mismo motivo q tu... - Me dijo con una sonrisa traviesa.
- Jajaja... te comprendo amigo. Sientate a mi lado y cuentame de tus aventuras.
- No hay nada nuevo de mi, q hay de ti?
- He viajado al lejano pueblo de Elmore en buscas de Impa.
- Impa? el orco desaparecido? Has encontrado a...
- No enano... no te alteres - le interrumpí - viaje a Elmore a buscar a Impa y encontré a Thradek.
- Muy curiosa experiencia, jajaja - Rio el enano.
Tome un trago de esa extrania bebida, mientras el enano miraba mi armadura.
- Kumgang... veo q estas muy bien equipado. Quien te ha dado esa Majestic?
- Te juro en el nombre de Shillen q nunca lo creeras.
- Lindas espadas. Son...
- Keshaberk, uso dos Keshanberk.
La conversacion de los guerreros nuevamente de había ido hacia el lado de las espadas. Estaban en un contexto de distención, pero no había nada de eso en sus palabras. No podían dejar de trabajar para el Concilio.
Vi otra vez la misma sonrisa en el rostro del enano.
- En q piensas? - Le pregunté
- Dejame ver una de tus espadas...
- Si enano amigo, toma - Le dijé mientras le entregaba la espada y le convidaba la bebida.
Luego de rechazar el extraño brebaje, comenzó a analizar lentamente la espada. Vi como sus ojos se deslumbraban y pensé q la deseaba. Luego me dí cuenta de q me equivoque.
Posó la espada en la mesa, y puso sus manos sobre ella apenas rozandola. Cerró sus ojos, y comenzó a pronunciar unas palabras en el idioma enano. Comencé a mirarlo con desconfianza. Finalmente, vi como la espada se volvia un solo cristal gigantesco y contemple con sorpresa como Xamin la rompia y obtenia cristales de mi espada.
Mis ojos se inyectarón en sangre y quize avalanzarme sobre él y cortar su corto cuello. Me pusé de pie y saqué mi otra espada...
- Espera! - me grito el enano mientras vaciaba su alforja sobre los cristales rojos.
Vi huesos de muchos colores, vi piedras de muchos tamaños y formas, vi muchos rollos de papel. Xamin tomó unos de estos rollos, lo desplego, y comenzó a leerlo.
- Este es! - Exclamó y me lo entregó para q yo tambien lo leyera.
Estaba escrito en el idioma en q solo los enanos comprenden.
Lo vi al enano juntar muchos de estos huesos y muchas de estas piedras. Luego lo vi tomar algunos cristales y comenzó a armar algo. Estuvo horas así. Tomando, dejando, analizando, leyendo, bebiendo (ahora no me rechazaba la bebida). Y yo con mi espada aún en lo alto para dejarla caer sobre su cuello.
- Ya casi esta! - Exclamo dandome la espalda.
Quize mirar por sobre su hombro, pero no me lo permitia. Finalmente el enano el enano giró...
- Bienvenido al Concilio, Kumgang... - me dijo.
Me entregó una espada con una hoja gruesa dentada, poderosamente dentada.
- Xamin... - dije asombrado - esta es...
- Damascus, Kumgang... Damascus.
En mis manos tenía la legendaria espada q usan los grandes Knights elejidos.
Vi como el enano guardaba todo lo q habia sobrado, incluso los cristales. No me importó.
- Gracias Xamin - le dije en el idioma q habia aprendido en Aden.
El enano solo sonrió...
En mis manos me encontraba con una Keshanberk y una Damascus. Sentí una fuerza q me vitalizó. Sentí en mi cuerpo como mi salud se desbordaba. Me sentí... Poderoso...
(OFFROL: Xamin, lo prometido es deuda, gracias por ayudarme en la primera historia q escribi, (carta en busca de ayuda), y la mejor forma de agradecerte es esta http://www.morpg.com.ar/foro/images/icons/icon12.gif)
Me encontraba sentando en un rincón de espaldas a la puerta, tratando de no pensar en batallas, ni espadas, ni dragones, ni nada q se le parezca. Pero lo admito, se me fue imposible. Con solo la idea de q pronto se acercaria el momento de atacar me sudaban las manos. Thradek me había abandonado en las puertas de Giran, diciendome q iria a ir a Belem para contar del altar q habiamos encontrado. Seguramente volvería con la noticia de q los miembros del concilio se encontraban listos para atacar.
Una mano robusta se posó sobre mi hombro e interrumpió mis pensamientos, era el enano Xamin.
- Xamin! q haces aqui? - Le pregunté con alegría.
- Amigo Kumgang... He venido por el mismo motivo q tu... - Me dijo con una sonrisa traviesa.
- Jajaja... te comprendo amigo. Sientate a mi lado y cuentame de tus aventuras.
- No hay nada nuevo de mi, q hay de ti?
- He viajado al lejano pueblo de Elmore en buscas de Impa.
- Impa? el orco desaparecido? Has encontrado a...
- No enano... no te alteres - le interrumpí - viaje a Elmore a buscar a Impa y encontré a Thradek.
- Muy curiosa experiencia, jajaja - Rio el enano.
Tome un trago de esa extrania bebida, mientras el enano miraba mi armadura.
- Kumgang... veo q estas muy bien equipado. Quien te ha dado esa Majestic?
- Te juro en el nombre de Shillen q nunca lo creeras.
- Lindas espadas. Son...
- Keshaberk, uso dos Keshanberk.
La conversacion de los guerreros nuevamente de había ido hacia el lado de las espadas. Estaban en un contexto de distención, pero no había nada de eso en sus palabras. No podían dejar de trabajar para el Concilio.
Vi otra vez la misma sonrisa en el rostro del enano.
- En q piensas? - Le pregunté
- Dejame ver una de tus espadas...
- Si enano amigo, toma - Le dijé mientras le entregaba la espada y le convidaba la bebida.
Luego de rechazar el extraño brebaje, comenzó a analizar lentamente la espada. Vi como sus ojos se deslumbraban y pensé q la deseaba. Luego me dí cuenta de q me equivoque.
Posó la espada en la mesa, y puso sus manos sobre ella apenas rozandola. Cerró sus ojos, y comenzó a pronunciar unas palabras en el idioma enano. Comencé a mirarlo con desconfianza. Finalmente, vi como la espada se volvia un solo cristal gigantesco y contemple con sorpresa como Xamin la rompia y obtenia cristales de mi espada.
Mis ojos se inyectarón en sangre y quize avalanzarme sobre él y cortar su corto cuello. Me pusé de pie y saqué mi otra espada...
- Espera! - me grito el enano mientras vaciaba su alforja sobre los cristales rojos.
Vi huesos de muchos colores, vi piedras de muchos tamaños y formas, vi muchos rollos de papel. Xamin tomó unos de estos rollos, lo desplego, y comenzó a leerlo.
- Este es! - Exclamó y me lo entregó para q yo tambien lo leyera.
Estaba escrito en el idioma en q solo los enanos comprenden.
Lo vi al enano juntar muchos de estos huesos y muchas de estas piedras. Luego lo vi tomar algunos cristales y comenzó a armar algo. Estuvo horas así. Tomando, dejando, analizando, leyendo, bebiendo (ahora no me rechazaba la bebida). Y yo con mi espada aún en lo alto para dejarla caer sobre su cuello.
- Ya casi esta! - Exclamo dandome la espalda.
Quize mirar por sobre su hombro, pero no me lo permitia. Finalmente el enano el enano giró...
- Bienvenido al Concilio, Kumgang... - me dijo.
Me entregó una espada con una hoja gruesa dentada, poderosamente dentada.
- Xamin... - dije asombrado - esta es...
- Damascus, Kumgang... Damascus.
En mis manos tenía la legendaria espada q usan los grandes Knights elejidos.
Vi como el enano guardaba todo lo q habia sobrado, incluso los cristales. No me importó.
- Gracias Xamin - le dije en el idioma q habia aprendido en Aden.
El enano solo sonrió...
En mis manos me encontraba con una Keshanberk y una Damascus. Sentí una fuerza q me vitalizó. Sentí en mi cuerpo como mi salud se desbordaba. Me sentí... Poderoso...
(OFFROL: Xamin, lo prometido es deuda, gracias por ayudarme en la primera historia q escribi, (carta en busca de ayuda), y la mejor forma de agradecerte es esta http://www.morpg.com.ar/foro/images/icons/icon12.gif)