Hush - Tu verdadero Destino

[PanZer_AG]

3º capitulo!!.. esta muy biueno!! dale, inspirate!! :D

saludos

[tutucakiller]

Capítulo 3

Cuando mi madre llegó a despertarme ya me encontraba cambiada y lista, ansiosa por comenzar con mi entrenamiento junto al anciano. Me levanté para desayunar justo en el momento en que mi padre iba a reunirse con los demás guerreros, así que me dispuse comer rapidamente, pero mi madre me dijo:
“Se que estás ansiosa, pero hoy es un día muy importante y vas a tener que estar atenta y fuerte para entrenarte, así que tómate dos minutos más y come otro poco”
“Pero madre – le dije – ya van a empezar con los conjuros y necesito estar allí, el anciano me lo pidió”
“si, ya lo se, pero el anciano sabe como pienso y te esperará antes de comenzar, te lo aseguro. Come un poco más, lo necesitarás”
Disconforme con ese retraso, pero haciendo caso a mi madre me senté nuevamente a la mesa y comí algo más.
“Ahora si, me voy con los demás”.
“Espera – me dijo – ven un momento”
Mi ansiedad por salir corriendo de la casa hacía que me molestase cada retraso ocasionado por mi madre, pero respetuosa de sus órdenes me acerque a ella, que suavemente me encerró entre sus brazos y me besó calidamente.
“Ten esto hija mía, es un collar que fue pasando de madre a hija durante muchas generaciones de la familia. Cada una de las mujeres que lo tuvo traslado parte de su energía a la piedra que está engarzada en ese collar, por lo que el mismo posee una carga mágica inmensa. Si alguna vez realmente necesitas una fuerza que no poseas, este medallón te la dará. Ahora si puedes irte, buena suerte hija”
Salí corriendo de la casa mientras me ponía el collar, y al darme vuelta para cerrar la puerta vi a mi madre sentada, con la cabeza entre las manos. No había ni tristeza ni dolor en su expresión, más bien era algo así como resignación a lo que ya sabía que sucedería tarde o temprano.
Mientras me acercaba al lugar en que todos estaban reunidos iba buscando la figura de mi padre, a quien vi un poco más adelante. Corrí hacia el y abrazándolo fuertemente por la espalda le desee un excelente día de caza. El me miro y me dijo:
“Veo que tu madre ya te ha dado el medallón de la familia. Esa joya, que para muchos no es más que una piedra colgando de un hilo, posee el conocimiento y la fuerza de muchas generaciones de magos. Nunca estarás sola mientras lo lleves. Ahora, ve con el anciano, que te está esperando”
Corrí nuevamente como loca, esquivando a los guerreros y sus armas, prestando especial atención a estas ya que un golpe contra cualquiera de ellas podría hacerme mucho daño. Una vez evitados todos los obstáculos pude llegar junto al anciano, que me dirigió una mirada de reproche.
“Era de esperarse que llegaras más tarde que siempre. Tu madre... bueno, ya habrá tiempo de hablar de eso, ahora comenzaremos con los conjuros. Es importante que, más allá de conocer las palabras para conjurar puedas empezar a manejar la fuerza interior que posees. Esa fuerza, esa energía es tan poderosa que usada a la ligera y sin pensar puede ser muy peligrosa, no solo para ti, sino para todos los que te rodeen. Cuando conjures piensa que los guerreros necesitan de ti, de tu magia para pasar un largo día afuera de la ciudad.
Aprenderás que nosotros manejamos dos tipos de magias: las de soporte, que son las que cada mañana damos a los guerreros, y las de control o ataque, que ya utilizaremos cuando empecemos a recorrer los bosques.
Presta atención a las palabras que utilizamos y sobre todo a los guerreros. Siempre ten en cuenta que si uno de ellos se aleja, tu conjuro no llegará a alcanzarlo y estará desprotegido. Es hora de comenzar”
Dicho todo esto llamó a los demás ancianos, quienes se acercaron rapidamente al centro de la ciudad. Todo estaba preparado, los conjuros comenzaban.
Estudie cada palabra que decían y cada movimiento que hacían. En sus ojos se veían unos destellos brillantes tras cada palabra y unas llamas rodeaban tanto a los ancianos como a los guerreros. Traté de imitarlos, pero en los primeros intentos no sentía que estuviese ayudando. Sentía que el poder empezaba a fluir, pero cuando tenía que dejarlo salir algo pasaba. Seguramente eran los nervios, pero pasaba el tiempo y no sentía que estuviese aportando nada. Poco a poco iba montando en cólera por no saber que era lo que estaba haciendo mal, que era lo que me limitaba. ¿Sería que el anciano se había equivocado? ¿Sería tal vez otro de los niños quien debiese ocupar este lugar? Mientras pensaba en todo esto, el anciano se acercó a mí y me dijo:
“Ay pequeña, eres igual de exigente de lo que fue tu madre en su primer día conmigo, queriendo que todo suceda ya. No te impacientes, date tiempo, ya podrás manejar la magia que hay en ti”
“Anciano, ¿dijiste mi madre? ¿Qué tiene que ver mi madre con esto? ¿De que primer día me hablas?” le dije
“Claro, desde tu nacimiento tu madre siempre ha estado a tu lado, cuidándote y viendo que todo sea lo mejor para ti, pero Hush, tu madre también fue mi discípula hace muchos años, y para ser franco, fue la mejor alumna que cualquier maestro haya tenido. El poder que posee, su conocimiento de la magia es inmenso e innato. En su primer día se sentía igual a ti, insegura y temerosa, pero poco a poco fue ganando confianza y conjurando”
“Pero anciano, debes estar equivocado. Jamás he visto a mi madre utilizando la magia, ni siquiera para ayudarlo a mi padre”
“Muchas cosas sucedieron para que tu madre se aleje de la mística, pero ese es un tema que hablaremos en otra ocasión” – Su respuesta fue tajante y entendí que ya no tendría más respuestas por hoy – “Ahora voy a decirte un pequeño secreto para que puedas ayudarme. Hasta ahora has tratado de conjurar pensando en si podías o no hacerlo, pensando si eres apta para hacerlo o no. Y estás equivocada en la forma en que planteas el problema, hazlo de esta forma, mira a tu padre y piensa que el, al igual que todos los demás, necesita de tu ayuda. Piensa que sin tus conjuros tu padre estará desprotegido. Puedes hacerlo, solo tienes que QUERER hacerlo”
Tras estas palabras el anciano se alejó unos pasos y se quedó mirándome. “Puedo hacerlo” pensé, y busque a mi padre entre todos los guerreros. Cuando di con el observé que me miraba a los ojos y me sonreía, con la misma sonrisa que cada noche me regalaba cuando me alzaba en sus brazos. Que hermosos momentos habíamos tenido siempre, cuantos juegos y cuantas historias habíamos compartido.
Otra vez la mano del anciano en mi hombro. “puedes verlo Hush, la magia ya está emanando”. Miré a mi alrededor y los ancianos habían callado, nadie estaba conjurando, pero vi que el fuego me envolvía, y que envolvía también a mi padre, y a quien estaba a su lado, y al otro, y al que se encontraba a su derecha y.... todos estaban envueltos en los anillos que generaban las magias. Por fin sentía que estaba ayudando.